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Son difíciles de explicar y muy fáciles de reconocer por quien los sufre. Los sofocos aparecen en forma de un calor repentino, que parece partir del pecho y subir hasta el cuello y la cabeza. No son algo “psicológico”. Ocurren de verdad y pueden llegar a ser realmente molestos.
Aunque no son exclusivos de la menopausia (pueden darse en otras circunstancias), es en esta etapa de la vida de una mujer, en torno a los 50 años, cuando suelen aparecer de forma habitual. En realidad, los sofocos comienzan en la pre menopausia, como síntoma inequívoco de que algo está cambiando en el cuerpo femenino.
El descenso en los niveles de estrógenos podría ser la causa principal de los sofocos en la menopausia
No está exactamente determinado el motivo de los sofocos justo cuando la actividad ovárica comienza a descender de manera progresiva hasta que llega el fin de la etapa fértil, pero la mayoría de médicos y especialistas los relaciona con los cambios en el sistema hormonal, concretamente con el descenso de los niveles de estrógenos.
Esa sensación brusca de calor, que puede darse en cualquier momento, incluso por la noche, con los problemas de insomnio que conlleva, es algo natural. Los sofocos en la menopausia no son peligrosos, pero sí incómodos. Tampoco hay reglas fijas sobre cuánto tiempo pueden llegar a durar o hasta cuándo se prolongarán en el tiempo. Algunas mujeres los llegan a padecer incluso tras meses de haber finalizado la menstruación regular.
Menos estrógenos
Sin la actuación de determinados fármacos, es complejo combatir los sofocos, ya que existe una relación directa entre la cantidad de estrógenos presentes en el organismo y el hipotálamo, el área cerebral que cumple, entre otras funciones, la de contralar la temperatura. La bajada en la producción de estas hormonas, que ocurre en la menopausia, alteraría su correcto funcionamiento. Según indica la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en algunos casos se podrían paliar los efectos negativos del descenso en el nivel de estrógenos con algún Tratamiento Hormonal Sustitutivo (THS), siempre bajo supervisión de un médico especialista.
En resumen, los sofocos van ligados al ciclo de la menopausia y son difícilmente evitables. Una dieta saludable, evitar las bebidas muy calientes y procurar estar en lugares frescos, especialmente si se producen en épocas de máximo calor, es lo más recomendable para llevar lo mejor posible sus desagradables efectos. En cuanto a las causas exactas que los provocan, médicos y científicos deberán seguir investigando.