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Una colaboración multilateral de varias instituciones liderada por el Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC) y el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall ha llevado a cabo un proyecto en el que se ha podido medir una disminución del flujo sanguíneo cerebral en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer.
Para llevar a cabo el trabajo, se ha utilizado una nueva secuencia de resonancia magnética con la que se ha estudiado la disminución antes de que aparezcan los síntomas clínicos de la enfermedad.
El estudio demuestra que un flujo sanguíneo cerebral reducido no sólo está presente en personas en fases asintomáticas, sino también en personas que experimentan declive cognitivo con patología beta-amiloide.
El estudio ha contado con la participación de Philips Ibérica, además de que ha implicado a expertos en el desarrollo de nuevas secuencias de resonancia magnética. Profesionales clínicos del Hospital del Mar y colaboradores han proporcionado biomarcadores de última generación.
La nueva secuencia de resonancia magnética: teASL
Mediante la colaboración de investigación con Philips, el BBRC ha tenido acceso a una nueva secuencia de resonancia magnética ASL desarrollada por el Centro Médico de la Universidad de Leiden y conocida como time-encoded ASL (teASL).
Se trata de una herramienta más sensible y precisa que reduce las diferencias de tiempo de tránsito arterial en la estimación del flujo sanguíneo cerebral. Los investigadores han utilizado teASL para medir el flujo sanguíneo e investigar su asociación con la patología amiloide y tau, ambas implicadas en la enfermedad de Alzheimer.
Se ha contado con un total de 59 participantes, separados en tres grupos: 24 participantes sanos sin deterioro cognitivo ni acumulación de proteína amiloide en el cerebro (el grupo de "control"); 18 voluntarios sanos sin deterioro cognitivo, pero con patología amiloide presente, y 17 pacientes de la Unidad de Investigación Médica del Hospital del Mar de Barcelona, afectados por la enfermedad.
De los participantes sanos, una treintena pertenecen al estudio Alfa, impulsado por la Fundación "la Caixa".
Los resultados, publicados en la revista científica 'Alzheimer's & Dementia', muestran que las personas afectadas por la patología también muestran menor flujo sanguíneo en zonas específicas del cerebro durante sus primeras etapas.
El flujo sanguíneo y el alzhéimer
Uno de los primeros procesos que se activan en el cerebro debido a la presencia de la patología (es decir, una acumulación de proteínas beta amiloide y tau), es la disminución del flujo sanguíneo cerebral.
El flujo sanguíneo proporciona oxígeno y glucosa al cerebro y, por ello, debe mantenerse dentro de los niveles normales para garantizar la salud y el buen funcionamiento de este órgano.
Las alteraciones del flujo sanguíneo cerebral pueden preceder o acompañar varias condiciones neurológicas, incluida la enfermedad de Alzheimer y, como tal, medirla con precisión es vital para entender estas condiciones.
Las técnicas de etiquetado de spin arterial (en inglés Arterial Spin Labeling, o ASL) permiten medir el flujo sanguíneo cerebral utilizando secuencias de pulsos de resonancia magnética.
"Hasta ahora, las técnicas ASL disponibles nos permitían medir y comparar el flujo sanguíneo cerebral en personas con "tiempo de retraso único"., explica el Dr. Michalis Kassinopoulos, investigador postdoctoral del BBRC y uno de los principales autores del estudio.
"Esto hace referencia al tiempo que tarda la sangre arterial en transitar desde las arterias carótidas (donde es "etiquetada") a la región cerebral de interés (lo que se conoce como tiempo de tráfico arterial)", apunta el Dr. Kassinopoulos.
"Sin embargo, estos métodos no eran óptimos para detectar cambios sutiles en las primeras etapas de la enfermedad, ya que estaban influenciados por diferentes factores que afectaban a las variaciones del tiempo de tránsito sanguíneo entre distintos individuos y entre las diversas regiones del cerebro en cada persona", añade.
Además, el equipo ha examinado la relación de disminuciones del flujo con biomarcadores del líquido cefaloraquídeo relacionados con la disfunción sináptica y la neurodegeneración, así como el rendimiento cognitivo.
De esta manera, el estudio ha podido demostrar, por primera vez en individuos asintomáticos, que los niveles de flujo sanguíneo cerebral se asocian con marcadores de la fisiopatología tau, la disfunción sináptica y la neurodegeneración.
"El flujo sanguíneo reducido es un acontecimiento de la cascada patológica previo a lo que se pensaba, abarcando etapas preclínicas", afirma el Dr. Juan Domingo Gispert, colaborador del BBRC y autor correspondiente del estudio.
"Estos hallazgos proporcionan una visión del papel de este proceso temprano en la enfermedad y pueden ayudar a dar forma a futuras estrategias de prevención", concluye.