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Suele decirse que la cara es el espejo del alma y desde luego la felicidad que refleja en el rostro de estos mayores lo demuestra. Son voluntarios de una residencia en Estados Unidos a los que pidieron ayuda para hacerse cargo de los cachorros que les fueran llegando los responsables de un cercano refugio de animales .
"Para algunos podría parecer peculiar al principio, personas mayores que necesitan que cuiden de ellos, tienen la tarea de cuidar a gatitos pequeños", sin embargo, estas personas que sufren demencias o alzhéimer tienen el deseo de recibir amor pero también de darlo porque "hay emociones y necesidades que no abandonan a una persona con demencia", explican en la residencia.
El programa, creado entre las direcciones de ambos centros, la residencia Catalina Springs Memory Care y el refugio de animales Pima Animal Care Center, ha sido un éxito para ambas partes como se puede comprobar en las imágenes.