El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo Carlos López-Otín está detrás, junto con el prestigioso investigador de la Universidad de París Guido Kroemer, de un hallazgo que permitirá "mejorar la calidad" de vida y "extender la longevidad".
Para conocer en profundidad la importancia de estas investigaciones hemos hablado con el López-Otín (Sabiñánigo, Huesca, 1958), que de forma incansable centra sus esfuerzos en que el común de los mortales tengamos a nuestro alcance las claves para vivir más y mejor.
PREGUNTA: Recientemente, los medios de comunicación nos hemos hecho eco de las conclusiones de dos estudios (dirigidos por usted y Guido Kroemer). Estos trabajos definen nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer. Para que lo entiendan nuestros lectores: ¿Cuáles son estas claves y metaclaves? ¿Cuáles son los nexos de unión que han hallado entre el envejecimiento y el cáncer?
RESPUESTA: Las claves celulares y moleculares del envejecimiento son aquellos procesos que contribuyen a nuestro deterioro físico y mental con el paso del tiempo. En nuestro trabajo hemos propuesto una serie de 12 claves o factores fundamentales para el envejecimiento humano. Todos estos factores son determinantes, aunque nuestro trabajo los ha clasificado los distintos factores en tres categorías: primarios, antagonistas e integradores. Los factores primarios son los desencadenantes del proceso; los factores antagonistas se refieren a las respuestas del organismo dirigidas a contrarrestar el daño producido por los factores primarios. En principio, estas respuestas son beneficiosas, pero se cronifican en la edad adulta y se tornan perjudiciales para el organismo. Finalmente, los factores integradores son los determinantes últimos del proceso de deterioro. En esta categoría se incluyen el agotamiento de las reservas de células progenitoras (las ya famosas células madre), la inflamación crónica, la disbiosis (los cambios inadecuados en nuestra microbiota) y las alteraciones en los mecanismos de comunicación intercelular.
El concepto de metaclaves es una idea que hemos introducido en estos trabajos por primera vez en el ámbito de la biomedicina. Las metaclaves serían los determinantes comunes a dos o más procesos biológicos o patológicos. En este caso las metaclaves del envejecimiento y el cáncer serían aquellos factores moleculares o celulares que son equivalentes en estos dos complejos procesos, pese a que la tendencia general es a asumir que ambos son antagónicos en todos sus aspectos. En nuestro trabajo hemos definido cuatro metaclaves o determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer: la inestabilidad genómica, las alteraciones epigenéticas, la inflamación crónica y la disbiosis.
Las 12 claves moleculares y celulares del envejecimiento
P.: ¿Por qué este hallazgo es tan importante?
R.: Estos trabajos crean nuevos marcos de pensamiento y de intervención sobre problemas médicos generales o universales. Por eso, creemos que la comprensión detallada de los mecanismos implicados en todas estas nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer permitirá diseñar futuras estrategias de intervención sobre cada una de ellas, de manera que se pueda mejorar la calidad de nuestras vidas y, eventualmente, extender la longevidad.
"Cada vez curaremos más tumores, pero el cáncer siempre nos acompañará"
P.: Cada vez son más los cánceres que se curan y se controlan. ¿La ciencia logrará erradicar esta enfermedad?
R.: Es emocionante el progreso de la Oncología, pero también lo percibimos como insuficiente. Hay que asumir que el cáncer es una enfermedad muy antigua y forma parte de nuestro legado evolutivo. En mi libro Egoístas, inmortales y viajeras, cuyos beneficios son para la Asociación Española contra el Cáncer, relato la larga historia del cáncer y expongo casos de tumores muy antiguos. Los dinosaurios tuvieron tumores malignos, lo mismo que los tienen las plantas o cualquier organismo con un mínimo grado de complejidad celular. Por tanto, mientras poseamos materia biológica en nuestros cuerpos y no seamos esos robots que algunos creen que representan el horizonte cercano para la humanidad, el cáncer estará presente en nuestras vidas. Cada vez curaremos más tumores, pero el cáncer siempre nos acompañará como enfermedad consustancial a la natural imperfección de la vida.
P.: La inmunoterapia ya es capaz de curar tumores incurables. ¿Es la revolución contra el cáncer?
R.: Los nuevos tratamientos oncológicos de mayor potencial actual son los basados en el desciframiento de los genomas del cáncer y en la inmunoterapia antitumoral. Con la primera estrategia se descifran las mutaciones concretas de cada tumor de cada paciente y con ellas se abre la posibilidad de una Oncología personalizada y de mayor precisión. Con la inmunoterapia se persigue reforzar la respuesta inmune antitumoral, con objeto de favorecer la eliminación en nuestro organismo de las células transformadas que han causado un determinado tumor. Es cierto que la inmunoterapia ha logrado curaciones extraordinarias, sobre todo en casos de melanoma maligno, y tenemos esperanzas bien fundadas en su aplicación a otros tumores, pero todavía queda mucho trabajo por delante. Al final, la conclusión es siempre la misma: hay que conocer para poder curar., sin olvidar que hay que prevenir para vivir.
P.: Los continuos y fascinantes avances en el estudio del envejecimiento, nos llevan a los ignorantes en la materia a poner a volar la imaginación y a pensar que en un futuro será posible frenar el envejecimiento y alargar la vida… ¿Será posible? ¿Cuándo? ¿Para unos pocos?
R.: La definición de las claves del envejecimiento tiene como fin último ayudar a la sociedad a mejorar en el objetivo de corresponsabilizarnos de nuestra salud. También esperamos contribuir a que la medicina progrese hacia un ámbito más científico y personalizado. En nuestros trabajos, para cada una de las claves del envejecimiento se proponen intervenciones concretas, pero más allá de suplementos raros o métodos costosos cuya eficiencia no está verificada, nada mejor que vivir con mayor serenidad y así reducir los niveles de cortisol y mejorar nuestra respuesta inmune. A esto hay que añadir una alimentación sana, natural y cercana, que ayude a mitigar la disbiosis, e incluir en la ecuación de nuestra vida cotidiana un mínimo de actividad física que entre otros beneficios va a provocar un incremento de la autofagia y mejorar el reciclado de los productos de desecho, cuya acumulación provoca graves daños funcionales en nuestro organismo. A mi juicio, las intervenciones de otro nivel mucho más complejo, como la edición génica o la reprogramación celular, que también se discuten en nuestro trabajo, de momento deben reservarse para otro tipo de circunstancias y graves enfermedades, incluyendo los procesos dramáticos de envejecimiento acelerado sobre los que trabajamos activamente en nuestro laboratorio.
Para terminar, simplemente decir que siempre he considerado el envejecimiento como un proceso biológico natural, complejo, pero universal, pues a todos nos alcanza y a todos nos iguala, aunque algunos no parecen admitirlo y se empeñan en imposibles sueños de inmortalidad. Mis sueños son otros, incluyendo hacer realidad la posibilidad de que nuestro trabajo pueda ayudar a mejorar la salud y así contribuir a que la vida llegue a ser un poco mejor para todos.
Sobre el autor:
Ana Bedia
Ana Bedia es la Directora de 65YMás, fundado por Fernando Ónega en 2019. Labor que compagina con su cargo de CEO y cofundadora de Vinylradar, marketplace de discos de vinilos y web con contenidos relacionados con la música.
Licenciada en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha estado vinculada durante toda su trayectoria a la cobertura de breaking news de política, sociedad y economía y a la información de tecnología; ha sido redactora jefe y responsable de la web de Cambio 16, además de Jefa de actualidad en Terra Networks España y en el diario gratuito 20 minutos. También ha sido directora del primer diario gratuito rural de España, Infórmate Gratis, con una tirada media de 14.000 ejemplares diarios.
Entre sus colaboraciones periodísticas relacionadas con la tecnología destacan las publicadas en el suplemento ‘Los Domingos’ del diario ABC, la revista Wired y Terra.