Errores que cometes a la hora de caminar

Caminar es uno de los ejercicios más beneficiosos para la salud, se puede realizar a cualquier edad, está al alcance de casi todas las personas, es sencillo y muy efectivo para mantener la forma física de nuestro sistema locomotor, músculos, huesos y articulaciones, pues es un deporte de bajo impacto que, gracias a la compresión y descompresión de las articulaciones, refuerza el cartílago que las protege.

No obstante, la sencillez de este ejercicio hace que no tengamos en cuenta algunas consideraciones a la hora de practicarlo que pueden afectar negativamente a nuestra salud, provocarnos lesiones, no hacer unos estiramiento previos al inicio de una caminata buen ritmo. Evitar este y otros errores hará que se disfrute de esta práctica de manera saludable.

1.- Planificar el recorrido adecuándolo a la forma física

No es lo mismo caminar por la ciudad que por el campo ni hacer subida que bajada, el esfuerzo físico que se hace es diferente. Es recomendable empezar a caminar por terreno llano y más adelante, según se vaya preparando la musculatura, ir aumentando la dificultad. Si bien es más fácil caminar por tierra, es preferible hacerlo al inicio sobre asfalto, ya que es más regular.

2.- Aumentar la marcha de manera progresiva en tiempo y en intensidad

Si decides ir a caminar, es importante que empieces por hacer caminatas cortas y a medida que vayas cogiendo buena forma física ir aumentando progresivamente el tiempo y la intensidad. Hay que empezar a caminar con una intensidad baja para ir aumentándola hasta alcanzar una intensidad que esté bien, que no sea de paseo sino de ejercicio. Un ejemplo sería hacer un paso por segundo. Se puede marcar como objetivo caminar durante 30 minutos a buena intensidad, pero haciéndolo de manera progresiva, empezando con 15 minutos, dependiendo de la edad, la forma física y las patologías que se puedan tener. Una buena intensidad de ejercicio es ir a un 60-70% de nuestras pulsaciones máximas. Estas se calculan mediante la fórmula 220 (menos) la edad que se tiene. Por ejemplo, si se tienen 65 años sería: 220-65= 155 pulsaciones por minuto como máximo a la hora de caminar. Un reloj que mide las pulsaciones es muy efectivo para controlarlas. También existen aplicaciones para móvil que te ayudan a controlar los pasos que se hacen.

3.- No hidratarse

Cuando hace calor sudamos con más frecuencia y la sensación de sed es mayor, al igual que la necesidad de hidratarse. En cambio, cuando hace frio, al no sudar tanto la sed disminuye, pero el cuerpo necesita igualmente hidratarse. No se trata de sobrehidratarse, sino de recuperar los minerales que el cuerpo ha ido perdiendo durante la práctica de ejercicio, aunque no se tenga sed.

4.- No considerar el dolor

Hay que diferenciar los crujidos de las articulaciones al iniciar la marcha de los dolores que limitan el ejercicio, en este caso caminar. Si solemos caminar de manera regular y sentimos molestias, será necesario hacerse una revisión pues quizá se pueda solucionar con unas plantillas y evitar que el dolor irradie y acabe afectando otras partes del cuerpo como puede ser las caderas o la espalda.

5.- Pensar que aún se está en forma

Se suele pensar que las condiciones físicas que teníamos en el pasado en cierto modo se mantienen, es decir, que algo queda de esa forma física y nos lleva a realizar actividades o sobreesfuerzos que acaban en lesiones, si no es en cosas peores. Hay que recordar que por muy buen nivel físico que se tuviera de joven, aunque se realizara deporte de competición, si han pasado los años, el nivel quedó atrás y hay que tener cuidado.

6.- Utilizar un calzado adecuado

Para salir a caminar hay que ir bien equipado. De la misma manera que utilizamos ropa cómoda, es fundamental que el calzado que sea el apropiado. Hay que evitar los tacones y los zapatos con suela de cuero. No usar calzado nuevo, por estrenar, sino uno que ya hayamos llevado previamente, aunque sea por casa, que esté adaptado a nuestro pie y no nos produzca rozaduras. Unas zapatillas deportivas que se ajusten bien al pie y amortigüe el impacto será lo más adecuado.

7.- Los bastones son una ayuda a todas las edades

Hay personas que sienten vergüenza y no quieren utilizar un bastón o los palos de marcha nórdica para caminar, pero son muy útiles, y a todas las edades, tanto al caminar por tierra como por asfalto, no solo para mantener un buen equilibrio, sino también para no apoyar todo el peso en una pierna, especialmente si esta ha sufrido alguna lesión en el pasado.