Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl vegetarianismo total o el veganismo es un estilo de vida que excluye todo producto animal, mientras que el semi-vegetarianismo o flexitarianismo siguen una alimentación vegetariana, pero ocasionalmente consumen productos de origen animal en cantidades pequeñas (carnes de ave o pescados). Los alimentos aceptados por todos los tipos de vegetarianos y base de su alimentación son los cereales, las legumbres, las frutas, las verduras, las hortalizas, los frutos secos, las semillas y los aceites vegetales.
De forma que para conseguirlo podemos agregar nuevos alimentos a la dieta como lentejas, frijoles, guisantes, nueces y semillas, excelentes fuentes de proteínas, lo que puede ser extremadamente beneficioso para la salud, ya que las nueces y semillas como la linaza, los piñones, el sésamo, el girasol son ricas en grasas poliinsaturadas, que ayudan a mantener niveles saludables de colesterol y proporcionan ácidos grasos esenciales.
Según un nuevo estudio, uno de los pasos para asegurar un futuro sostenible en 2050 es reducir drásticamente el consumo de carne de cerdo y vacuno así como el arroz, mientras que debemos aumentar el consumo de semillas y nueces, legumbres y verduras y vegetales. Si todos adoptáramos estas medidas, las emisiones de gases de efecto invernadero generados por la agricultura y la ramadería se reducirían en más de la mitad
Es interesante conocer que los estudios relacionan a las personas que siguen dietas vegetarianas con una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad, un IMC más bajo, menor riesgo de enfermedad cardiovascular, mejores valores de presión sanguínea, mejor perfil de lípidos séricos y glucosa en sangre, menor riesgo de diabetes y de algunos tipos de cáncer.
Aún con sus ventajas, es necesario comprender las limitaciones de estas dietas para poder suplirlas adecuadamente. Por ello, siempre debe considerarse la intervención de un dietista-nutricionista para llevar a cabo estas dietas de una forma saludable.
En el caso de comer carne, es mejor optar por carne magra de buena calidad, como pollo o pavo. Mientras que otras carnes procesadas como salchichas, salami, jamón y patés deben consumirse ocasionalmente, ya que tienen un alto contenido de grasas saturadas y sal y proporcionan muy pocas vitaminas y minerales. Además, una investigación de la Organización Mundial de la Salud descubrió que comer 50 gramos de carne procesada todos los días puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal, por lo que es mejor limitar estos alimentos.Otras investigaciones recientes encontraron que las personas que comían alrededor de 76 gramos de carne roja y procesada al día tenían un mayor riesgo de desarrollar cáncer de intestino en comparación con los que comían aproximadamente 21 gramos al día.
Entonces, ¿la carne es un alimento para evitar? La respuesta es que no tiene que ser así. La carne es una excelente fuente de proteínas y proporciona muchas vitaminas y minerales, que nuestro cuerpo necesita para crecer y trabajar. Comer carne roja una o dos veces por semana puede encajar en una dieta saludable. Para Julio Basulto (@JulioBasulto_DN), autor del libro Más vegetales, menos animales, la recomendación es consumir menos de 300 gramos de carne roja a la semana.
Hacer pequeños cambios en nuestra dieta puede ayudarnos a conseguir estos objetivos.
-Preparar comidas en las que el ingrediente principal sea vegetal y agreguemos un poco de carne, en lugar de hacerlo al revés.
-Diseñar una forma de frenar el consumo de carne que funcione para nosotros. Por ejemplo, comer carne solo los fines de semana o restringir la carne a una comida por día.
-Comprar carne con menos frecuencia, pero hacerlo de la mejor calidad que nos podamos permitir.
-Optar por recetas de verduras de Oriente Medio o del sudeste asiático, ya que utilizan muchas especias y hierbas; y es menos probable que notemos la ausencia de carne.
-Agregar queso. Las verduras asadas tienen un sabor sorprendente espolvoreado un queso fuerte por encima al final del tiempo de cocción.
-En los bocadillos, podemos intercambiar el embutido o las carnes procesadas por atún, sardinas o caballa.
-Comer una salchicha, en lugar de dos, y agregar un huevo o un acompañamiento de verduras si se tiene más hambre.