López-Acuña, sobre levantar las restricciones del Covid en verano: "No podemos abrir las compuertas"
La exdirectora de Salud de la CE: "Será muy difícil conseguir la inmunidad de grupo en verano"
Los retrasos en la campaña de vacunación contra el Covid-19 podrían tener consecuencias muy duras para los mayores de haber, en las próximas semanas, una cuarta ola de coronavirus.
Y es que, si bien las residencias de mayores están ya protegidas por la vacuna –más del 80% de los usuarios han recibido sus dos dosis–, todavía quedan millones de mayores y personas de grupos de riesgo frente al Covid-19 que siguen sin estar inmunizados y que no lo estarán, en su conjunto, previsiblemente, hasta el mes de mayo/junio –por ahora, menos de 3% de la población española ha recibido la pauta completa–.
Así, la flexibilización de las restricciones adoptadas en la tercera ola, la transmisión generalizada de la variante británica y la relajación social podrían generar un aumento de casos –al margen de que se celebre o no la Semana Santa–. Y, para ese momento, todavía no se habría terminado de poner la primera dosis, ni siquiera, a todos los mayores de 80 años (2,8 millones de personas en España, el 31% de los mayores de 65 años).
Y es que, según alertan varios expertos consultados por 65Ymás, aunque se lograse inmunizar a todas las personas de más de 80 años de aquí a principios de abril –se prevé que varias regiones empiecen con los mayores de 70 a finales del mes de marzo–, eso no aliviaría del todo la presión asistencial, al menos, de las camas UCI –cuyo porcentaje de ocupación ha sido decisivo para las autoridades sanitarias a la hora de dictar medidas más o menos restrictivas–.
Cabe recordar que muy pocos mayores de 80 años suelen ingresar en cuidados intensivos. En concreto, sólo un 0,6% del total de casos notificados de más de 80 años tuvo acceso a este soporte vital. Con todo, lo que sí que lograría con la inmunización de este colectivo es bajar la mortalidad y liberar camas de tipo normal –el 33% de los casos diagnosticados de más de 80 años necesitaron de un ingreso hospitalario, según datos del Instituto de Salud Carlos III–.
Fuente: Ministerio de Sanidad (8 de marzo).
Escasa llegada de dosis
Por ello, para los distintos expertos consultados, no es el momento de relajar las restricciones, y sí, el de tratar de vacunar, cuanto más rápido, mejor. Sin embargo, añaden, la velocidad de la campaña no está dependiendo tanto la destreza para inyectar dosis de las regiones, sino de la escasa llegada de dosis y de los retrasos en las entregas, algo, que está afectando a todos los países de la Unión Europea.
Por ahora, tanto Moderna como AstraZeneca (AZ), y también Pfizer –a principios de 2021–, han incumplido reiteradamente con sus plazos de entrega. Y prueba de ello, son las 600.000 dosis que llegaron de menos a España en el mes de febrero de la farmacéutica AZ, tal y como desveló el diario Voz Pópuli este lunes.
De esta manera, aunque desde el Ministerio de Sanidad haya anunciado este lunes que en abril llegarán 4,8 millones de dosis de Pfizer y que, probablemente, se apruebe en ese mismo mes la vacuna de Janssen, nada garantiza que lleguen viales de forma realmente masiva hasta el verano –cuando se comercializarán, previsiblemente, las dosis de los laboratorios Novavax, Curevac y, quizá, la rusa Sputnik V (aunque todavía está por ver su capacidad de producción real)– .
Fuente: Ministerio de Sanidad (8 de marzo).
“La vacunación, en general, va lenta. En una situación de pandemia como la actual, debería ser una campaña intensiva. Tendría que estar en cuatro meses, a principio de verano", comenta el vicrepresidente de la Asociación Española de Vacunología (@AEV_Vacunas), Fernando Moraga-Llop, que entiende que las autoridades, ante "un panorama" como este, deberían hacer "cumplir sus acuerdos" con las farmacéuticas.
Asimismo, Moraga-Llop señala que hay ciertas comunidades autónomas que siguen retrasadas en cuanto a la vacunación. "La cobertura debería ser homogénea", propone.
Pero para el vicepresidente de la AEV no son todo malas noticias: el hecho de que se haya reducido la transmisión del virus en las residencias anticipa que la vacuna será efectiva –al menos la de Pfizer– para frenar los casos y, sobre todo, para reducir la mortalidad.
"Si en mayo se alcanza la vacunación de las personas de más de 70 años, podríamos conseguir una disminución de la mortalidad de un 80%”, adelanta.
A pesar de todo, matiza, esto no significa que se deban relajar las medidas de contención de la pandemia. "Si llegamos al verano con todos estos grupos de alto riesgo vacunados, habremos conseguido una protección individual de las personas, pero estaremos lejos de la inmunidad de rebaño. Hasta que no se alcance una cobertura importante, no se pueden relajar las medidas de protección", sostiene.
Y vaticina: "Creo que a un 70% se podría llegar en el último trimestre del año, en el supuesto de que haya vacunas y de que se pudiese hacer una buena estrategia".
Fuente: Instituto de Salud Carlos III (3 de marzo).
Vacunar con AstraZeneca a mayores
Coincide con Moraga-Llop, Salvador Macip, investigador de la Universidad de Leicester, en Reino Unido –donde más de 20 millones de personas han recibido ya una dosis de la vacuna contra el coronavirus–. "El ritmo es más lento de lo deseable y sí, hay diferencias según comunidades, por un tema de organización y también porque algunas tienen más retos (población más dispersa, grandes ciudades, etc.). El principal problema ahora, una vez resueltos los temas logísticos, parece el suministro. Por eso, es importante reconsiderar la estrategia actual de no vacunar a los mayores con la vacuna de AstraZeneca (la mayoría de países ya la han incorporado al plan) y centrarse en dar tantas primeras dosis como sea posible, ya que se ha visto que la protección que esto da es más elevada de lo que se creía al principio", argumenta.
Cabe señalar que algunas regiones, como Galicia o Andalucía, pretenden comenzar a inmunizar a las personas de 45 a 55 años con la vacuna de AstraZeneca en los próximos días –siguiendo el plan de Sanidad–, antes incluso de haber terminado de dar las dos dosis a todos los mayores de 80 años.
Fuente: Ministerio de Sanidad (5 de marzo).
“A este ritmo, mientras persista el problema con la administración de dosis, no alcanzamos un porcentaje relevante de vacunados ni para final de año. Y aunque cada comunidad organice la vacunación de una manera distinta, el problema es que las dosis son escasas para todas. Es decir, por ejemplo, qué más da que tengas un centro de vacunación enorme si, al final, las vacunas que llegan son las que llegan”, critica el epidemiólogo y profesor de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos.
Igualmente, el médico opina que el mensaje que dan desde las autoridades es, en cierto modo, poco realista. “Pensar que la llegada de vacunas ha aumentado, no es verdad. Llevamos desde el principio con una cantidad de dosis bajas y dos meses recortando sobre lo que debería llegar –algunas semanas llegan menos de la mitad–", denuncia.
Los más mayores, menos afectados
A pesar de ello, el experto asturiano entiende que esta escasez no va a afectar a todos los mayores por igual. “La gente de más edad, de alguna manera, va a verse menos afectada. El problema lo van a sufrir los de hasta 75 años. Por encima de ahí, seguramente, se puedan conseguir coberturas razonables, pero, por debajo, la gente se va a quedar sin vacunar de momento", comenta. Y justifica: "Va a seguir habiendo casos que van a afectar a las personas por debajo de 70 o 75 años. Ahora mismo, la contribución de la vacunación a la incidencia es muy pequeñita salvo en las residencias”.
Por esta razón, de nuevo, como el resto de expertos consultados, Pedro Arcos entiende que las restricciones serán esenciales para frenar la incidencia de la pandemia en los próximos meses.
Los enfermeros piden que "se pueda vacunar mañana, tarde, fines de semana y festivos"
También las propias organizaciones de médicos (@cesm_sindicatos) y enfermeros (@Sindicato_SATSE) comparten esta apreciación. "Desde Satse seguimos constatando el mismo problema de hace días y semanas y es la falta de suficientes vacunas para agilizar la campaña de vacunación. Cada CCAA tiene un ritmo distinto y está priorizando más a unos u otros colectivos, pero el problema general es que siguen sin llegar a nuestro país más vacunas", sostienen los representantes del sindicato de enfermeros.
Con todo, desde Satse opinan que, para cuando lleguen más dosis, es importante que estén preparados para inyectar dosis en el menor tiempo posible. "Seguimos reclamando que se pueda vacunar mañana, tarde, fines de semana y festivos y que se contrate a las enfermeras y enfermeros necesarios para, además de poder vacunar a todos las personas que resulta posible, seguir realizando su actividad asistencial y de cuidados en los centros de salud. Aún hay 2.500 enfermeras y enfermeros en paro en nuestro país que podrían colaborar activamente en esta campaña de vacunación", añaden.
"La diferencia entre comunidades, como en cualquier tema, es que aunque tengamos una serie de medidas comunes luego las aplicaciones son individuales. Seguimos en un Estado con un Sistema Nacional de Salud teórico y 18 sistemas efectivos en la práctica. Esto funciona así en general y en la vacunación no va a ser distinto", concluye el secretario general de la CESM, Gabriel del Pozo.