¿Es posible que el inicio del consumo de alcoholesté en torno a los 13 años? Parece que así es y ahí está la razón por la que la población no tiene la idea real de riesgo que el consumo excesivo de alcohol representa. Los médicos de familia llevan tiempo insistiendo en la poca percepción de riesgo que la sociedad manifiesta en torno a las drogas legales y especialmente sobre el alcohol.
Según los datos disponibles, cada día, cerca de 100.000 varones (uno de cada cuatro) que acuden por cualquier motivo al centro de salud se les detecta un consumo excesivo del alcohol. Es el psicoactivo más utilizado en España. Y es el responsable director de más de 8.500 muertes al año. En el 37 por 100 de los accidentes de tráfico mortales, el conductor presenta ingesta elevada de alcohol. Se trata de la tercera causa de enfermedad (9.2 por 100), después del tabaco (12 por 100) y la hipertensión arterial (10 por 100). En el 60 por 100 de los casos de violencia de género, el agresor ha consumido alcohol como sustancia que facilita desinhibir la conducta. El 33 por 100 de los adolescentes que acude a la consulta del médico de familia se ha emborrachado en el último mes.
Los datos señalan que el 40% de personas con consumo de riesgo disminuyen su ingesta de alcohol después de una intervención del médico de familia.
Datos que sobrecogen
No queremos abrumar con cifras pero es la única manera de aproximarse a la realidad. Casi millón y medio de españoles mayores de 16 años tiene problemas con el alcohol. Dicho de otra forma: seis de cada cien españoles tiene dependencia alcohólica en mayor o menor grado.
Se necesitarían cinco grandes hospitales dedicados exclusivamente a los ingresos y tratamiento de alcohólicos. Serían insuficientes porque todos los años se producen 165.000 asistencias por este problema.
Una de las cuestiones más grave está en la edad de inicio. Y sobre todo, en la frecuencia con que se bebe. Cuatro de cada cien españoles dice que se emborracha por lo menos una vez a la semana. Y 6 de cada 10 mayores de 16 años reconoce que bebe de manera habitual.
La media de consumo se establece en diez litros por habitante y año, lo que nos sitúa en el quinto país del mundo por consumo de alcohol (luxemburgueses, franceses, portugueses y húngaros nos superan ).
Ese altísimo consumo tiene unas consecuencias dramáticas, como hemos visto, en el tráfico, en la convivencia, y en la cuarta parte de los accidentes laborales.
Muertos por tráfico
En cuanto a los datos de tráfico son también elocuentes. No es suficiente decir que en más de la tercera parte de los accidentes mortales de tráfico estaba presente el alcohol. Los resultados del Instituto Nacional de Toxicología, tras el análisis de las vísceras de accidentados concluye:
- Un 37% de los conductores muertos había abusado del alcohol
- Un 34% de los peatones fallecidos por atropello también habían bebido.
- Un 6% de conductores implicados en accidentes dio positivo en el test de alcoholemia
- El 5% de los que cometen una infracción grave también habían bebido alcohol.
- El 3% de los que se someten a un control preventivo.
Daña más a la mujer
Y conviene reflexionar sobre el hecho de que la mujer se incorpora con decisión a la estadística de abuso de alcohol. Porque la mujer es mucho más susceptible a sus efectos. Ella tiene un daño hepático más severo que el varón. La hepatitis alcohólica también es más frecuente aun bebiendo menos cantidad y durante un tiempo más corto que el hombre.
Si una mujer bebe las mismas cantidades de alcohol que un varón, su sangre absorberá entre un 30 y un 50 por 100 más. Se sabe también que el corazón de una mujer es dos veces más vulnerable que el del varón ante los efectos del alcohol. Ellas necesitan un 60 por 100 menos de alcohol para sufrir la misma cardiopatía. Y todo porque además de disponer de menor enzima gástrica que es la que metabolizar el alcohol, tiene más grasa, lo que facilita la absorción.
El problema de los jóvenes
La Organización Mundial de la Salud publicó un informe que señala que uno de cada cuatro jóvenes varones europeos, de entre 15 y 29 años, fallece por alguna causa directamente unida al alcohol.
Se calcula que cada año son 55.000 los jóvenes europeos muertos por accidentes de tráfico, intoxicaciones, homicidios o suicidios ligados al consumo de bebidas alcohólicas .
Según la OMS se ha observado un cambio en el modo de beber en todos los países, incluido España. El consumo puede considerarse de alto riesgo. Los jóvenes beben cada día más, a edad más temprana y de manera compulsiva, sobre todo en los fines de semana.
Varias adicciones
Otro detalle que sitúa al alcohol como un auténtico problema de salud pública es que al margen de las conductas depresivas, el alcohol crea una vulnerabilidad especial en la conducta. De hecho, el 40 por 100 de los alcohólicos tiene varias adicciones, lo que para los especialistas conlleva una dificultad terapéutica añadida; porque aunque se le trate el alcoholismo tiene otros problemas médicos y sociales derivados de otras dependencias.N ormalmente el que bebe, fuma o juega...
También han cambiado las pautas de consumo. Entre los más jóvenes se produce un consumo compulsivo en el ocio de fin de semana. La intoxicación alcohólica, no es así una consecuencia, sino un deseo premeditado.
El daño cerebral
El alcohol se consume por su efecto sobre el sistema nervioso central y no suele pensarse que, por ello, afecta de manera directa al cerebro. Cuando hay un consumo crónico de alcohol, el cerebro se ve atacado por varios frentes: la intoxicación directa, la abstinencia después de la intoxicación, los posibles accidentes vasculares, la posible embriaguez acusada o silente y la alimentación insuficiente que acompaña a la ingesta excesiva de alcohol. Parece que el alcohol produce un aumento de los ventrículos y de los surcos cerebrales; en otras palabras que aumentan los huecos y disminuye la masa. Esos cambios pueden solucionarse con la abstinencia, pero el restablecimiento es sumamente lento.
Uno de los últimos estudios realizados se basó en medir el espacio intracraneal no ocupado por el cerebro en 26 fallecidos alcohólicos y compararlos con 44 casos control. El espacio era mucho mayor entre los alcohólicos y más aún entre quienes tenían también dañado el hígado (es decir, entre los más crónicos o los más afectados).
Esa atrofia cerebral tendría su reflejo en una disfunción del conocimiento, en anormalidades oculares y dificultades de marcha. Una buena parte presentaba fallos en la memoria reciente. También se sabe que provoca atrofia cerebral. Y aunque esta medición es difícil, hay síntomas inequívocos como son las dificultades de lenguaje, la duda en la localización de las palabras, movimientos a veces inconexos y los fallos y lagunas en la memoria.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.