Los quistes óseos orales son cavidades formadas en el seno del hueso mandibular que habitualmente están revestidas por tejido epitelial (una especie de «piel»). Según el Consejo General de Dentistas de España (@CNSJ_Dentistas), aunque existen una gran cantidad de causas posibles la gran mayoría son de origen dentario, por infección crónica de un diente.
Un número mucho menor puede tener otras causas, como los de origen odontogénico formados a partir del epitelio del folículo dentario (“germen”) de dientes incluidos (dientes que no han salido cuando correspondía y permanecen dentro del hueco) o ya erupcionados. Puede ocurrir, aunque es muy infrecuente, que los quistes óseos o mandibulares se “malignicen”.
La organización colegial de los dentistas afirma que la evolución natural de un quiste maxilofacial no tratado suele ser el crecimiento, con o sin sintomatología aguda. Los quistes originados por infecciones dentales crónicas tienden a “fistulizarse” y producir la salida ocasional de material purulento a la cavidad oral.
Los problemas sobre quistes óseos o mandibulares que se pueden plantear son varios, como exponen los expertos del Consejo de Dentistas:
- En el caso de quistes óseos de origen odontogénico, el crecimiento puede desplazar o dañar estructuras anatómicas vecinas, como el seno maxilar, troncos nerviosos (con afectación de la sensibilidad), o vasos sanguíneos (con riesgo de hemorragia). También puede producir movimientos o pérdidas de vitalidad en los dientes vecinos.
- En el caso de quistes óseos originados por infección dentaria, su evolución es a la formación de fístulas (comunicaciones del quiste con la cavidad bucal) por las que sale material purulento. En ocasiones, el crecimiento de estos quistes también afecta a los dientes vecinos produciendo pérdidas de vitalidad.
- El lento crecimiento de los quistes óseos, sea cual sea su etiología, puede debilitar el hueso en el que se encuentra facilitando la fractura del mismo.
- Existe el riesgo, infrecuente, de “malignización” del epitelio que rodea al quiste.
Por otra parte, el tratamiento puede variar según el origen del quiste. En el caso de que se haya originado por infección dentaria crónica, la endodoncia (o sea, la retirada del material infectado del interior del diente) puede en ocasiones solucionar los problemas sobre los quistes óseos o mandibulares.
Los tratamientos endodónticos son procedimientos que tratan el interior del diente o buscan preservar su salud e integridad, con la finalidad de mantener la dentición natural, el hueso y la encía que la rodea, así como su funcionalidad.
En caso de que la endodoncia no resuelva el problema habría que acudir a la cirugía para extirpar el quiste. El tratamiento quirúrgico de los quistes conlleva unos riesgos intrínsecos de la cirugía (posibilidad de infección, hemorragia, etc.) y otros que dependerán de la zona anatómica sobre la que se actúe. Habitualmente, este tipo de cirugía y medicina oral se realiza en régimen ambulatorio y bajo anestesia local.
