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Hace años era normal perder la mayoría de los dientes naturales con el paso del tiempo. Con los avances actuales en odontología ya es posible mantener las piezas originales, fundamentales para la salud en general y la calidad de vida. Con todo, es habitual acabar perdiendo algún diente, y la opción más recomendable es reemplazarlo por un implante. Y no solo para recuperar la estética, sino también la funcionalidad de la cavidad oral
Según el Consejo General de Dentistas (@CNSJ_Dentistas), cuando no se reponen los dientes extraídos, se suele producir una migración de los dientes adyacentes hacia el espacio libre (sobre todo, de los situados posteriormente) y un crecimiento o extrusión del antagonista (o de los antagonistas) que mordía contra el extraído.
Se modifica la eficacia masticatoria
El grado de estos desplazamientos es variable, pero puede llegar a ser muy pronunciado. En todo caso, las migraciones no consisten en una traslación, sino en una inclinación, con lo que la forma de las arcadas se modifica y con ello la eficacia masticatoria.
De estas migraciones pueden derivarse, con el tiempo: Defectos de la intercuspidación o "engranaje" de los dientes, que pueden limitar la masticación y provocar unas dolencias de las articulaciones de la mandíbula (la articulaciones témporo-mandibulares o articulación cráneomandibular ) y del cuello, que se acompañan de mareos: es el llamado síndrome disfuncional (o dolor-disfunción) cráneo-mandibular o témporo-mandibular.
Además, si con las migraciones de los dientes adyacentes el espacio estrechado no llega a cerrarse del todo puede resultar muy problemática, incluso imposible, una adecuada reposición protética.
Lo mismo ocurre cuando algún diente de la arcada contraria, extruido, se inmiscuye y ocupa parte de la altura del espacio correspondiente al diente extraído.
Más caries
No reponer un diente extraído también supone un mayor riesgo de caries en los contactos de los dientes adyacentes al extraído con los dientes vecinos, porque al aflojarse los puntos de contacto, hay tendencia a la penetración y retención (empaquetamiento) entre dichos dientes de restos alimenticios, que sirven de alimento a los gérmenes causantes de caries.
También se produce un mayor riesgo de caries en el diente antagonista extruido y en los dos que contactan con él, porque se desacoplan sus puntos de contacto normales y se favorece el empaquetamiento de alimentos entre ellos.
¿Cómo recuperar los dientes que se han perdido?
Siempre hay que atender al caso particular de cada paciente, pero según el Consejo de Dentistas, los procedimientos que existen para reemplazar los dientes perdidos son los siguientes:
· Dientes artificiales fijos, que están ubicados sobre el propio implante y no pueden extraerse.
· Prótesis dentales atornilladas en implantes, que solo pueden retirarse por el dentista si desea controlar o higienizar su estructura.
· Prótesis dentales removibles, que se unen a los implantes dentales para aportar una mayor retención y estabilidad, pero pueden removerse si el paciente lo desea.
Un implante dental está compuesto por dos elementos que se fijan a la mandíbula del paciente por medio de una intervención quirúrgica: la prótesis y la corona. En determinadas ocasiones existe una pieza intermedia entre ambas estructuras.
Es esencial que el profesional explique detalladamente al paciente cuáles son las técnicas utilizadas en el tratamiento de implantes dentales y qué cuidados conlleva el postoperatorio.