Paula Peñaranda
Salud
El estrés aumenta el riesgo de ictus en mujeres
Revelan una conexión entre ambos

Un reciente estudio realizado por el Hospital Universitario de Helsinki ha identificado una preocupante relación entre el estrés crónico y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) en mujeres jóvenes. Publicado en la revista Neurology, este estudio destaca que, aunque no se puede afirmar que el estrés sea la causa directa de los ictus, sí existe una clara asociación en las participantes femeninas, algo que no se observó en los hombres.
El doctor Nicolas Martínez-Majander, uno de los autores del estudio, explica que "las personas más jóvenes suelen experimentar estrés debido a las exigencias laborales, largas jornadas y la inseguridad en el empleo, además de las cargas financieras". Este tipo de estrés, según el estudio, podría incrementar el riesgo de ictus en mujeres menores de 50 años.

Metodología del estudio
Para llevar a cabo esta investigación, se analizaron los casos de 426 adultos de entre 18 y 49 años que habían sufrido un ictus isquémico sin causa aparente. Estos casos se compararon con un grupo de control de igual número de personas que no habían experimentado un ictus. El ictus isquémico ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve interrumpido, lo que puede llevar a consecuencias graves como debilidad, problemas del habla o incluso la muerte.
Los participantes completaron un cuestionario sobre sus niveles de estrés en el mes previo al ictus. Las respuestas se puntuaron de cero a cuatro, donde cuatro indicaba "muy a menudo". Una puntuación total de 0 a 13 se consideraba estrés bajo, de 14 a 26 estrés moderado, y de 27 a 40 estrés alto.
Resultados reveladores
Los resultados mostraron que aquellos que habían sufrido un ictus tenían una puntuación media de 13, en comparación con una media de 10 en el grupo de control. Además, el 46% de los que sufrieron un ictus presentaban niveles de estrés moderados o altos, frente al 33% del grupo sin ictus.
Al ajustar por factores como el nivel educativo, el consumo de alcohol y la presión arterial, se descubrió que en las mujeres, el estrés moderado se asociaba con un 78% más de riesgo de sufrir un ictus, mientras que el estrés alto aumentaba el riesgo en un 6%. No se encontró una relación similar en los hombres.
Martínez-Majander subraya la importancia de continuar investigando para entender por qué el estrés afecta de manera diferente a hombres y mujeres. "Es crucial explorar por qué el riesgo de ictus en mujeres es mayor con estrés moderado que con estrés alto", señala. Comprender mejor el papel del estrés podría ser clave para desarrollar estrategias de prevención más efectivas.
Una limitación del estudio es que las personas con niveles de estrés más altos podrían haber sido menos propensas a participar, lo que podría haber influido en los resultados. Sin embargo, los hallazgos subrayan la necesidad de abordar el estrés como un factor de riesgo significativo para la salud cerebral, especialmente en mujeres jóvenes.