Manuela Martín
Salud
De la euforia a la depresión: ¿cómo detectar el trastorno bipolar?
Es una enfermedad mental con un diagnóstico complejo, siendo el apoyo familiar fundamental
Aunque la mayoría de las personas experimentamos altibajos anímicos cada cierto tiempo, hay personas a las que esos cambios extremos en el estado de ánimo, de la felicidad y energía a la tristeza y depresión, duran una semana o más. Hablamos de trastorno bipolar.
Aunque las causas de este tipo de enfermedad mental no están del todo claras, los expertos apuntan a que podría deberse a factores genéticos, ambientales o en una anormalidad en la estructura y función del cerebro.
El trastorno bipolar hace que las personas que lo padecen ven afectado el juicio, el comportamiento y su capacidad de pensar con claridad.
Uno de los principales retos a los que se enfrentan los especialistas es en la obtención de un diagnóstico acertado y a tiempo para tratar el problema. En la actualidad las personas con este tipo de trastorno tardan años en ser diagnosticadas, siendo previamente tratadas de otras patologías.
Las personas que sufren un trastorno bipolar, en su estado de felicidad, padecen síntomas como alegría extrema, exceso de actividad, ansia, hablan muy rápido sobre asuntos diferentes, irritables, inquietos, problemas de sueño o relajación, entre otros. Por el contrario, en su fase depresiva suelen experimentar tristeza, preocupación, problemas de concentración, olvidos, falta de interés o energía o pensamientos suicidas, entre otros.
Estos cambios anímicos pueden ocurrir de manera puntual o en repetidas ocasiones. Suelen aparecer en la adolescencia y durar para toda la vida, aunque es cierto que los síntomas pueden varias de una persona a otra y pueden cambiar con el paso del tiempo.
No obstante, el trastorno bipolar puede ser tratado con tratamientos farmacológicos compuesto por estabilizadores del ánimo como el litio, anticonvulsionantes y antipsicóticos, lo que unido a un apoyo psicológico hace que aquellas personas que sufren esta enfermedad puedan llevar una vida prácticamente normal.
Lo más importante para estas personas son los hábitos, las rutinas y huir de posibles situaciones de estrés que puedan desencadenar un descontrol anímico. Por ello, es importante seguir y cumplir con los tratamientos.
En el mundo se calcula que un 2% de la población está diagnosticada de trastorno bipolar, entre los que hay numerosos rostros conocidos. A pesar de ello, hay quien señala que sigue siendo una enfermedad muy desconocida y con numerosos tabúes.
Si un trastorno bipolar no se trata puede desencadenar en situaciones más complejas que afectan a todos los aspectos de la vida como pueden ser problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas, intentos de suicidio, problemas legales o financieros, daños en las relaciones sentimentales, desempeño deficiente en el trabajo o los estudios. De ahí la importancia del apoyo familiar para ayudar a una persona con este tipo de trastorno y que acuda a un especialista para recibir tratamiento.