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Desde hace tiempo, las conocidas como "calorías negativas" parecen haberse puesto de moda. Se trata de aquellos alimentos de los que se dice que su digestión necesitaría un gasto energético mayor que las calorías que contienen. Un planteamiento, en teoría, fantástico para adelgazar comiendo porque se quemaría grasa acumulada en el organismo para metabolizar una serie de alimentos.
Demasiado bonito para ser cierto. Un reciente estudio publicado por la web bioRxiv mantiene que los alimentos con calorías negativas no existen en el caso de los animales y probablemente tampoco en el caso de los humanos. El estudio, pendiente de aceptación en la revista Journal of Experimental Biology, tiraría por tierra el mito de las milagrosas 'calorías negativas'.
La famosa caloría se hizo popular gracias a redes sociales, blogs, fotografías y libros, pero en ningún sitio se ha demostrado base científica alguna que la respalde. Por lo general se trataba de alimentos ricos en fibra y con pocas calorías como apio, lechuga, pomelo, pepino o brócoli.
Para uno de los autores del trabajo publicado en bioRxiv, Stephen Secor, profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de Alabama, las calorías que contienen los alimentos serían independientes del proceso de digestión y el alimento siempre proporcionará un beneficio con su ingesta por muy pocas que sean las calorías que aporte. Según Secor, no tendría sentido entrar en un 'punto negativo' cuando se consume un alimento.
En la realización de su trabajo, Stephen Secor y su equipo utilizaron como modelo animal el llamado lagarto 'dragón barbudo' (Pogona vitticeps). Aún siendo un animal muy alejado de la especie humana fue elegido para el estudio por sus puntos comunes con nosotros: son animales omnívoros y tienen un tracto gastrointestinal y un proceso digestivo similar a los mamíferos.
Para el trabajo se determinó la tasa metabólica de los animales, la energía empleada en digerir y absorber las calorías de apio crudo con que se alimentaban y la energía perdida a través de heces y orina. Los resultados del estudio rebelaron que los lagartos utilizaron un 33% de las calorías de la comida para la digestión y hasta el 43% fueron excretadas, con lo cual conservaron el 24% de energía procedente del apio. O lo que es lo mismo, mantendrían en su organismo 3 calorías por cada 100 gramos de alimento, bastante poco sí, pero suficiente como para no poder hablar de 'calorías negativas'.
No obstante, a pesar de desenmascarar a las 'calorías negativas', el doctor Secor sugiere en sus conclusiones que podría hablarse de un concepto distinto que sería el de alimentos de gasto negativo, como el apio, que ayudarían a reducir la necesidad diaria de ingesta de calorías. Eso sí, debería consumirse una gran cantidad de estos alimentos para lograr compensar las calorías quemadas en un día. Pero consumir este tipo de alimentos junto a otros con mayor densidad calórica podría favorecer un "presupuesto diario negativo, y por tanto una pérdida de peso", en lo que a calorías se refiere.
Según el estudio, harían falta 3 kg de apio para mantener a una mujer de 60 kg durante 6 horas de inactividad, pero como estos alimentos facilitan la sensación de saciedad y tienen baja carga calórica, lo ideal sería que sustituyesen a otros con mayor densidad calórica. Eso sí, utilizar estos alimentos como acompañantes o ingredientes en otros platos como hamburguesas, pizzas o comida rápida, sería totalmente inútil y no ayudaría al adelgazamiento.