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La oftalmóloga especialista en córnea y ojo seco de Clínica Baviera, la doctora Paola Vázquez, advierte de que el síndrome del ojo seco "se agrava con el invierno", tras permanecer "muchas horas en lugares sin ventilación con la calefacción", lo que "intensifica los síntomas y las molestias".
El ojo seco es una patología ocular que afecta a la parte superficial del ojo (la córnea y la conjuntiva), que puede ocasionar serias molestias y su incidencia va aumentado con la edad. Para mitigar su aparición, la experta además recomienda evitar ambientes cargados, descansar de las pantallas, parpadear, beber mucha agua, utilizar lágrimas artificiales, usar humificadores o alejarse del humo del tabaco.
Según explica la doctora Vázquez, este problema visual se puede dividir en dos grandes tipos. En primer lugar, el ojo seco secundario a la disminución de la producción de la lágrima (acuodeficiente) va asociado en muchos casos a algunas enfermedades de carácter autoinmune, tales como artritis reumatoide, lupus, síndrome de Sjögren, que pueden provocar una reducción en la producción de la lágrima.
Por otro lado, el ojo seco secundario a una evaporación excesiva de la lágrima (evaporativo), que es el más frecuente, suele estar relacionado con la blefaritis, con alteraciones en las glándulas de Meibomio o con algunos cambios hormonales, siendo frecuente en la menopausia.
Cuando una persona sufre este tipo de ojo seco, sus lágrimas tienen un déficit de lípidos que ocasiona que se evaporen con más rapidez. También hay casos de ojos secos mixtos, que afectan tanto a la cantidad como calidad de la lágrima.
La sensación de aspereza o arenilla, el enrojecimiento en la zona ocular o las molestias al realizar tareas que requieren cierto esfuerzo visual, como es la lectura o ver la televisión, son algunos de los síntomas que destacan los expertos de Clínica Baviera, así como el picor, ardor, escozor ocular o sensación incómoda de "pinchazos oculares"; cansancio visual y sensación de pesadez; fotofobia o visión borrosa fluctuante; y la inflamación de la superficie ocular.
Además de estas medidas básicas, en caso de sentir molestia, la doctora Vázquez aconseja acudir al oftalmólogo para determinar el tipo de ojo seco que se padece y el grado de afectación. "De esta manera", explica, "se podrá pautar un tratamiento".
"Los tratamientos del ojo seco, como patología crónica que es, suelen ser a largo plazo y se deben repetir cada cierto tiempo. Afortunadamente, ahora disponemos de nuevas técnicas, como la Luz Pulsada Intensa (IPL) con las que se pueden mejorar los síntomas y reducir las molestias que sufren los pacientes", concluye la experta.