Toni Esteve
Salud
Fajas lumbares: cómo escoger la que mejor te conviene
Estas fajas nos pueden facilitar la seguridad que nos falta para volver a ponernos en marcha
Las fajas y cinturones lumbares pueden ayudarnos a sobrellevar nuestro dolor en esa zona de la espalda, pero no en todos los casos. Por eso, el primer consejo para tratar esa dolencia siempre es buscar la supervisión y el consejo de un profesional médico o de un fisioterapeuta. En este sentido, dónde hay más consenso a la hora de recomendar la utilización de medidas de protección como fajas es en aquellos casos en que existen dolores articulares agudos que, además de dificultar el movimiento, nos generen mucha inseguridad y miedo. En estas circunstancias, las fajas lumbares nos pueden facilitar la seguridad que nos falta para volver a ponernos en movimiento.
Por el contrario, si lo que experimentamos es un dolor crónico, la faja nos ayudará a proteger la zona lumbar cuando realicemos algunas actividades concretas, pero nuestra dolencia no mejorará con su uso, por lo que en este caso deberemos buscar otras soluciones alternativas a nuestro dolor.
En cualquier caso, entre las ventajas de usar una faja o cinturón lumbar podemos encontrar la siguientes:
- Nos protegen del enfriamiento y reducen el riesgo de lesiones, manteniendo la zona caliente
- Estimulan la circulación
- Ayudan a relajar la musculatura
- Estabilizan y aportan seguridad, lo que contribuye a reducir el dolor y a volver poner en marcha la musculatura.
Diferentes modelos
A la hora de escoger que faja nos conviene más, es obvio que hay que tener en cuenta cual es nuestra situación personal y nuestro tipo de dolencia, algo que deberemos averiguar, como hemos apuntado, con el concurso de un médico especializado o de un fisioterapeuta. Así, podemos encontrar en el mercado fajas y cinturones lumbares rígidos, blandos, de tensión en un paso o en dos pasos. Aunque todas ellas pueden serte útiles, debes tener en cuenta que su uso debe estar acompañado de una buena higiene postural y el fortalecimiento de la musculatura lumbar, una rutina de ejercicios diseñada por un médico rehabilitador o el especialista que esté tratando tu dolor.
Por ejemplo, en deportes y actividades festivas, los colegios de fisioterapeutas recomiendan el uso de fajas lumbares, por ejemplo, a los costaleros durante la carga de los pasos en Semana Santa, así como a los motoristas cuando hacen trayectos largos, o diariamente si ya han aparecido molestias.
A la hora de escoger una faja también puedes tener en cuenta, si hablamos de materiales, de su acción termoreguladora; de si facilita la expulsión de la humedad al exterior y si es de secado rápido.
Una de las controversias a la hora de decidir sobre la conveniencia del uso de las fajas lumbares viene dada porque algunos dolores en la zona lumbar suelen mejorar más con el movimiento y empeorar con la quietud. En esta línea, no tiene sentido llevar una faja todo el día, puesto que abusar de su uso podría desencadenar el efecto contrario al que buscas, ya que cuando el cuerpo se acostumbra a ella los músculos pueden empezar a debilitarse. Con todo, no es conveniente utilizarlas cuando lo que tenemos son dolores reflejos (consecuencia de un problema que no se origina en las lumbares, pero que tienen un reflejo en la zona) o dolores viscerales. En estos casos, los síntomas empeoran con la quietud y el reposo y no nos vamos a beneficiar del uso de una faja.