Toni Esteve
Salud
La felicidad también protege nuestro estómago de las infecciones
Un estudio revela que la felicidad puede proteger del malestar gastrointestinal
La serotonina, una sustancia química conocida por su papel en la producción cerebral de sentimientos de bienestar y felicidad, puede reducir la capacidad de algunos patógenos intestinales de causar infecciones, según ha evidenciado un equipo de investigadores del UT Southwestern Medical Center (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista 'Cell Host and Microbe' (@CellPressNews).
Aunque la gran mayoría de las investigaciones sobre la serotonina se han centrado en el cerebro, alrededor del 90 por ciento de este neurotransmisor, un químico que las células nerviosas usan para comunicarse entre sí, se produce en el tracto gastrointestinal. Los expertos señalan que es posible que la serotonina pueda tener efectos de amplio alcance en la salud bacteriana intestinal.
Debido a que las bacterias intestinales se ven significativamente afectadas por su entorno, los expertos se preguntaron si la serotonina producida en el intestino puede afectar a la virulencia de las bacterias patógenas que infectan el tracto gastrointestinal. Para ello, los expertos analizaron 'Escherichia coli O157', una especie de bacteria que causa brotes periódicos de infecciones transmitidas por alimentos y que a menudo son mortales. El equipo cultivó estas bacterias y, posteriormente, las expusieron a la serotonina.
Las pruebas mostraron que la serotonina redujo significativamente la expresión de un grupo de genes que estas bacterias usan para causar infecciones. Asimismo, experimentos adicionales con células humanas demostraron que la bacteria ya no podría causar lesiones asociadas a la infección si estuvieran expuestas a la serotonina.
Apetito y digestión
La mayor parte de la serotonina del cuerpo se encuentra en el tracto gastrointestinal, donde regula la función intestinal. Según el Medical News Today (@mnt), la serotonina se encuentra principalmente en el cerebro, los intestinos y las plaquetas de la sangre. Y se cree que desempeña un papel importante en el apetito y la digestión, así como en las emociones, las funciones motoras, cognitivas y autonómicas. Sin embargo, no se sabe exactamente si la serotonina los afecta directamente o si tiene un papel general en la coordinación del sistema nervioso.
Cuando comemos algo que es tóxico o irritante, el intestino produce más serotonina para aumentar el tiempo de tránsito y expulsar los agentes irritantes en la diarrea. Esto estimula el área en el cerebro que provoca las náuseas, haciendo que el individuo sienta asco o arcadas.
Los medicamentos que alteran los niveles de serotonina se usan para tratar la depresión, las náuseas y la migraña, y pueden tener un papel en la obesidad y la enfermedad de Parkinson. Otras formas de aumentar los niveles de serotonina en el cuerpo pueden incluir la inducción del estado de ánimo, la luz, el ejercicio y la dieta. Por último, el antojo de alimentos dulces o ricos en almidón podría ser un síntoma de deficiencia de serotonina.