Mariola Báez
Fisioterapia
¿Cuándo son necesarios los ejercicios de Codman para la rehabilitación de hombros?
La articulación con mayor rango de movimiento de todo el cuerpo también necesita cuidados propios
Como explican traumatólogos de la Unidad Hombro Codo Madrid (UHCM), el hombro es una articulación de estructura compleja, compuesta por tejido óseo, muscular y conecctivo en perfecto equilibrio. Puede verse afectado por numerosas patologías, desde una lesión, provocada por un traumatismo, hasta alguna de las dolencias agrupadas bajo el térmico común de hombro doloroso, una enfermedad que, como afirma la Sociedad Española de Reumatología (SEReumatologia) puede afectar al 25% de la población en algún momento de la vida y tiene especial relevancia en adultos mayores.
¿En qué consisten los ejercicios de Codman?
La también llamada maniobra de Codman forma parte de los ejercicios habituales que los fisioterapeutas enseñan y aconsejan a personas que sufren algún tipo de patología en el hombro. Son sencillos de realizar y su objetivo es doble. Por un lado, buscan un alivio progresivo de las molestias y del dolor y por otro, tratan de dar una mayor funcionalidad a la articulación, para que el hombro aumente su capacidad de movimiento, por ejemplo tras una cirugía o una lesión que ha requerido mantenerlo inmovilizado por un periodo de tiempo prolongado.
Los ejercicios de Codman intentan elongar al máximo todo el tejido conecctivo que rodea la articulación aprovechando para ello la propia gravedad, de manera que la cabeza del húmero y la estructura que la rodea (tendones y ligamentos) se separen, con suavidad, de la pequeña escápula que forma la clavícula en su extremo externo (acromion).
Si tienes molestias en los hombros puedes realizarlos en casa. Lo ideal es hacerlos 3 veces al día, siguiendo un patrón de repeticiones de entre 10 y 20. En cualquier caso la consulta previa con el médico o fisioterapeuta es fundamental.
Los ejercicios pueden llevarse a cabo tanto de pie, como acostado en una superficie (camilla o mesa terapéutica) que permita que el brazo dolorido cuelgue. En caso de preferir hacerlos de pie, deberás doblar el tronco hacia adelante y flexionar ligeramente las rodillas mientras extiendes y dejas "caer" tus brazos, para conseguir que cuelguen de manera relajada.
Son ejercicios pendulares que, para resultar efectivos, requieren que los hombros estén relajados mientras tus brazos “cuelgan” inertes. Esta postura inicial es la clave. El resto es sencillo. Solo tienes que balancear con suavidad el brazo del hombro dolorido, primero hacia adelante y luego hacia atrás, sin que, en ningún caso, el movimiento te resulte doloroso. Después deberás repetir el ejercicio, moviendo los brazos de derecha a izquierda. Para terminar y solo si estos sencillos movimientos no te han supuesto excesivas molestias, tendrás que describir pequeños círculos (brazo colgando y relajado) en el sentido de las agujas del reloj y, seguidamente, hacia el lado contrario.