Mariola Báez
Fisioterapia
¿Qué es la terapia miofascial y cómo puede contribuir a la salud de los mayores?
Aliviar el dolor y mejorar la movilidad son dos de los objetivos de esta técnica de fisioterapia
Para entender en qué consiste esta terapia, basada esencialmente en el masaje manual específico y con fines terapéuticos, hay que saber qué es la fascia. Cada vez son más los estudios que se centran en el considerado por algunos expertos un órgano más de nuestro cuerpo. Gracias a ellos, se va conociendo mejor cuáles son sus funciones.
La fascia podría definirse como el entramado que crea el propio tejido conectivo presente en todo el interior de nuestro cuerpo, una 'red' que protege y conecta la propia estructura interna, desde los órganos vitales, hasta los músculos y articulaciones.
¿Qué se sabe de la fascia?
Esta especie de lámina protectora, según describe la Clínica Universidad de Navarra (@CllinicaNavarra), está formada por tejido conectivo, de color blanquecino, fibrosos y resistente. Investigaciones recientes han profundizado en su estructura y han permito descubrir cómo puede influir en la salud. Los expertos explican que la fascia está formada por distintos tipos de fibras, en las que destaca la presencia de colágeno y elastina, y de células diversas.
La fascia cuenta, además, con terminaciones nerviosas propias, que pueden llegar a transmitirnos sensaciones dolorosas, y juega un papel fundamental en el propio movimiento a la hora de evitar el rozamiento entre las distintas masas musculares que forman nuestra estructura interna.
Quizá el término te resulte poco conocido pero, probablemente, hayas oído hablar de la fascitis plantar, una patología que, como recuerda la Sociedad Española de Medicina Interna (@Sociedad_SEMI), es una afección frecuente que provoca dolor intenso en la planta del pie por causas diversas que pueden hacer que la fascia, que también llega esa área concreta de la extremidad inferior, resulte dañada.
Soportar un exceso de peso, resistir la tensión que crea una mala pisada en la marcha o la que provoca un impacto excesivo en la práctica de determinados deportes están entre esas posibles causas. No solo está en el pie, la fascia recubre y conecta toda nuestra estructura interna y si está ‘dañada’ necesita un tratamiento reparador.
¿En qué consiste la terapia miofascial?
La Unidad de Investigación en Fisioterapia de la Facultad de Ciencias de la Salud dela Universidad de Zaragoza (UIF) engloba en el término terapia miofascial a todas aquellas técnicas de fisioterapia que se pueden aplicar para tratar cualquier dolor que tenga su origen en la fascia.
En ocasiones, se trata de un dolor difuso, difícil de explicar y de ubicar por el propio paciente, que puede acabar provocando algún tipo de disfunción a nivel muscular. Cualquier terapia de este tipo parte de una detallada exploración previa. Palpar la zona donde se concentra el dolor es siempre el necesario primer paso, para que el experto fisioterapeuta pueda detectar las bandas musculares que presentan tensión y también lo que se conoce como puntos gatillo miofasciales. Manos experimentadas pueden reconocer estos puntos porque, en la zona donde se encuentran, se percibe cierto engrosamiento del tejido y, también, porque al realizar sobre ellos una determinada presión, surge el dolor, bien en el punto exacto o bien en estructuras musculares próximas.
En fisioterapia se considera que la presencia de estos puntos, que a veces permanecen latentes sin provocar molestias, puede estar relacionada con algún tipo de disfunción musculoesquelética y provocar, entre otros síntomas, fatiga, dificultades de movilidad o falta de coordinación en la contracción de los músculos implicados en un movimiento.
Son muchas las causas que pueden hacer que ese punto, donde existe una alteración en las fibras que forman la fascia, se active y empiece a provocar molestias más o menos graves. Una contractura, un golpe, un estiramiento, el efecto del frío, el estrés o incluso alguna enfermedad que esté afectando a un órgano interno son algunas de ellas.
¿Cuándo puede resultar útil para las personas mayores?
Una vez detectado el problema, las terapias miofasciales cuentan con técnicas propias que pueden aplicarse en función del objetivo perseguido. Devolver a este sistema de tejido conectivo su adecuado nivel de flexibilidad, eliminar puntos gatillos o trabajar una banda concreta que presenta especial rigidez, se puede lograr con sesiones especifícicas y personalizadas. Los estiramientos precisos, con o sin aplicación de frío local para disminuir la sensación dolorosa, las técnicas de compresión y las de relajación se encuentran entre las más utilizadas, a veces, en combinación con otras como pueden ser los ultrasonidos o la electroterapia.
Las manipulaciones del tejido conectivo, superficial y profundo, que realiza el fisioterapeuta son diversas. Ejercer distintas presiones con la palma de la mano, los dedos, los nudillos o los codos es la base para estirar la fascia en lo que se denomina liberación directa, una técnica que puede resultar eficaz y contribuir al alivio, mejorando dolencias, que pueden presentar las personas mayores, como la mencionada fascitis plantar, las patologías relacionadas con el hombro doloroso, la lumbalgia, la tendinitis, el dolor de espalda o la fibromialgia. Como cualquier tratamiento, la consulta previa y el consejo médico son imprescindibles.