Furosemida: qué es, cuándo puede administrarse y efectos secundarios

La furosemida es un diurético perteneciente al grupo de las sulfonamidas, utilizado por su capacidad de aumentar el flujo de orina y por reducir la presión arterial. Este fármaco es clave para tratar distintas patologías, como el edema o la hipertensión, que requieren la reducción de líquidos en el cuerpo.

La furosemida es un fármaco que se puede ingerir a diario o sólo en determinados días de la semana, dependiendo de la enfermedad que se trate. En el caso de un edema, los especialistas suelen recomendar tomarlo sólo ciertos días por semana. Sin embargo, cuando se trata la hipertensión, se sugiere tomarla a la misma hora cada día.

La acción del diurético, de una duración de entre 6 a 8 horas, se inicia poco después de una hora después de la administración oral, teniendo el mayor efecto en la primera o segunda hora aproximadente. En caso de que el paciente no produzca orina tras ingerir el medicamento debe contactar urgentemente con el médico, ya que es una señal de problemas renales graves.

¿Cuáles son sus principales indicaciones?

Este medicamento sólo puede ser utilizado bajo prescripción médica, y es habitualmente recetado en estos casos:

• Edema. Es una hinchazón causada por el exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo en el espacio extracelular o intersticiai. Habitualmente se le asocia a enfermedades renales como el síndrome nefrótico, cirrosis hepática o ascitis, y insuficiencia cardíaca congestiva. 
• Edema por quemaduras. Cuando las quemaduras cubren más del 20% del cuerpo, sucede una respuesta sistemática que tiene como consecuencia la liberación masiva de mediadores de la inflamación, en la lesión y otros tejidos, lo que provoca una acumulación de líquido. La medicación ayuda a eliminar este exceso.
• Hipertensión arterial. Esta enfermedad crónica se caracteriza por un incremento continuo de las cifras de la presión sanguíea, y en casos leves y moderados, este medicamento puede ayudar a controlar los picos de tensión. 

Precauciones y efectos secundarios

Su efectividad sólo se cumplirá si se siguen las recomendaciones de un especialista o médico, ya que no es un medicamento apto para todos. Se necesita una revisión personalizada que asegure que la furosemida es la medicación adecuada para el paciente. Como indicaciones generales, no se recomienda su uso en caso de:

• El usuario tenga  una conocida alergia a la furosemida, al grupo de las sulfonamidado a algún componente de la fórmula del medicamento.
• En caso de padecer hipovolemia, una afección en la que se sufre una disminución del plasma sanguíneo en el cuerpo, debido a una pérdida significativa de sangre o de líquidos en el cuerpo
• En caso de que haya una incapacidad  para orinar, debido a problemas graves en los riñones.
• En caso de que el usuario presente un desequilibrio electrolítico severo, con bajos nieveles de potadio(hipopotasemia) o sodio (hiponatremia).
• Condiciones graves como puede ser la  encefalopatía hepática o la pérdida de la función cerebral cuando el hígado ya no es capaz de eliminar las toxinas en la sangre.

Es imprescindible que el médico supervise el uso continuado de los diuréticos, ya que el exceso de micción puede provocar la pérdida de potasio, lo que a veces deriva en debilidad muscular, calambres y arritmias cardíacas. A menudo se recomienda tomar suplementos de potasio para reducir al máximo estos efectos secundarios. 

Debido a la capacidad de drenar y eliminar líquidos, los pacientes pueden notar una pérdida de peso. Sin embargo, hay que recordar que esta medicación no está recomendada ni recetada para adelgazar, además de que no afecta la quema de grasas, sólo la retención de líquidos. Su uso indebido puede tener efectos secundarios peligrosos, debido a los riesgos de una excesiva perdida de líquido y la falta de supervisión por un médico. 

Este medicamento debe tomarse siempre siguiendo las indicaciones explicitas de los profesionales y un continuo seguimiento de sus posibles efectos seundarios y complicaciones. Si se padece de otra condición médica, se debe mencionar al médico de cabecera , y en caso de que sea una de las enfermedades incompatibles con esta medicina, consulte con un profesional sobre la posibilidad de cambiar de medicación.