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Los expertos coinciden en señalar que el factor de riesgo individual más importante para el cáncer es el envejecimiento y este hecho, ligado a una mejora en la calidad de vida de la población, según la Organización Mundial de la Salud, provocará un incremento del 11% al 22% en la población mayor de 60 años entre 2000 y 2050.
Ante este contexto, en el 61º Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y 26º de la Sociedad Andaluza de Geriatróa y Geronrología (SAGG) celebrado el pasado viernes en el Palacio de Congresos de Zaragoza, José Antonio Serra Rexach, Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Gregorio Marañón, mostró en su ponencia “la persona mayor con cáncer” las principales problemáticas a las que se enfrenta el paciente geriátrico con cáncer a la hora de vivir con la enfermedad.
“Con el aumento de la esperanza de vida y la mejora en el tratamiento del cáncer hay cada vez más supervivientes, teniendo en cuenta que ese cáncer ha supuesto un tratamiento médico, quimioterápico, quirúrgico o radioterápico que en muchas ocasiones ha sido curativo, pero que también en muchas ocasiones ha dejado distintos tipos de secuelas que influyen en el propio envejecimiento acelerándolo”, explica el José Antonio Serra Rexach.
“Los efectos secundarios tras la radioterapia son variados: problemas en el aparato respiratorio, neuropatías, pérdida de hueso, síndrome metabólico, disfunción cognitiva o problemas cardiacos fruto de un tratamiento quimioterápico potente que es cardiotóxico”, comenta el geriatra.
La clave es la promoción de la salud
A la hora de tratar al paciente con cáncer es vital el abandono del tabaco y la reducción del consumo de alcohol, así como el control del peso, puesto que la obesidad aumenta el riesgo de mortalidad en algunos tipos de cáncer como son el de mama, colon o próstata.
Además, el experto defiende la importancia de la actividad física en el paciente con cáncer, al ser positivo a la hora de tolerar los tratamientos, paliar los efectos secundarios, prevenir la enfermedad, así como alargar y mejorar la supervivencia del paciente mayor, cuya supervivencia se dilata cada vez más en el tiempo.
El perfil de la persona mayor con cáncer
“Un paciente geriátrico es un paciente pluripatológico que frecuentemente tiene enfermedades crónicas, cardiacas, respiratorias, digestivas y neurológicas. Además de problemas físicos como discapacidad o dependencia. Problemas mentales como el estado de ánimo o deterioro cognitivo, así como problemas en la esfera del soporte social y familiar por el aislamiento, la viudedad o la pobreza”, afirma el Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
Asimismo, el experto sostiene que desde el punto de visto asistencial no hay un modelo concreto establecido para atender a este tipo de paciente, siendo llevado el seguimiento de un paciente mayor con cáncer por diferentes especialistas como pueden ser el oncólogo, el neumólogo, el cardiólogo, el endocrino, el radiólogo o el rehabilitador. “Ante esta situación es vital que un médico que coordine, unifique y dirija el tratamiento del paciente mayor con cáncer, proporcionando una atención individualizada”, asegura José Antonio Serra Rexach.
A los factores médicos, físicos, mentales y sociales alterados en muchas ocasiones en las personas mayores hay que sumar las secuelas de una persona que ha tenido un cáncer, sumando el temor de que la enfermedad vuelva, provocando ansiedad, depresión, generando “síndrome de estrés postraumático”, influyendo todo ello en el pronóstico. “Por ello es clave tener en cuenta todas estas esferas a la hora de tratar adecuadamente a la persona mayor con cáncer”, concluye el doctor Serra Rexach .