Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorRespirar es una actividad que hacemos inconscientemente, pero eso no significa que siempre lo hagamos bien.
Tener nuestros pulmones en la mejor forma posible nos ayudará a prevenir riesgos, o a enfrentarnos a situaciones con la mayor posibilidad de pasarlas. La pandemia de coronavirus nos ha demostrado la importancia de tener unos pulmones sanos. Por ello aquí os dejamos ocho gestos que ayudan día a día a tener estos órganos en buen estado.
Algunas posiciones de nuestro cuerpo favorecen que los pulmones se expandan y mejore la entrada de aire. Por ejemplo, caminar rectos, al tumbarnos usar una almohada de grosor medio o usa run cojín entre las piernas al dormir de lado; o al estar sentado, apoyar la espalda en el respaldo sin cruzar las piernas.
La recomendación varía entre los 8 y 10 vasos de agua, pero la conclusión es la misma: la hidratación es esencial para la salud de nuestros pulmones. Es más, el no prestar atención a la cantidad de agua que bebemos puede llevarnos a una deshidratación que a su vez aumenta la probabilidad de padecer enfermedades respiratorias como el asma o la bronquitis crónica.
Las mucosas de nuestra nariz calientan y limpian el aire que inspiramos. Si en cambio están resecas no hacen bien su función, por lo que ese filtro natural que tenemos no es tan útil. Para intentar prevenir esta sequedad en casa habrá que tener la temperatura entre los 19 y 21 grados, y en la calle intentar no pasar frío.
El famoso “flotador” o michelín por padecer cierto sobrepeso. Esta grasa que se acumula alrededor de la barriga dificulta la respiración porque eleva el diafragma, aprieta la caja torácica y limita la función pulmonar.
Un gesto que va en relación con el punto anterior. Mediante el ejercicio, por ejemplo el aeróbico, fortalecemos los pulmones y ganamos capacidad torácica. Además, los beneficios del ejercicio llegan incluso cuando tenemos una enfermedad respiratoria y es que por ejemplo las personas que sufren de EPOC reducen hasta en un 40% el riesgo de muerte con un ejercicio físico controlado.
Relacionado también con el punto anterior. Los pulmones se ensanchan cuando hacemos ejercicio, para poder coger más aire y ar respuesta al esfuerzo que le pedimos al cuerpo. Si practicamos ejercicio con zonas de tráfico al lado ese aire que recogen será tóxico y perjudicial para nosotros
Junto con el trabajo es el principal enemigo de los pulmones. Gases tóxicos y partículas en suspensión atacan al aparato respiratorio favorecienco las inffecciones, crisis asmáticas, etc.
Estas impurezas que recogemos en el día a día se expulsan poco a poco, pero podemos ayudarles dándoles un empujoncito. Respirar vapor de agua con hojas de eucalipto, haciendo baños de vahos; o introduciendo el jengibre, como buen antibacterianos y limpiador natural que es, en nuestra dieta.