Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorUn estudio elaborado por expertos de la Universidad de Michigan y el New York Obesity Research Center de Mount Sinai- St. Luke’s Hospital publicado en la revista PLOS ONE (@PLOSONE), demuestra que hay alimentos que crean una gran adicción, pues activan el sistema de recompensas en el cerebro creando una sensación de placer similar al que producen las drogas y satisfacción rápida del hambre.
Se trata de alimentos que contienen gran cantidad de grasas saturadas, azúcares y alimentos muy procesados. Aquí te hablamos de algunos de ellos.
Las patatas fritas de bolsa, conocidas también como patatas chips, son altamente adictivas. Ya nos lo decía una conocida marca de este tipo de snacks cuando en su eslogan nos retaban con “¿A qué no puedes comer solo una?”. Esto se debe al elevado contenido en grasas que transmiten al cerebro la sensación de satisfacer el hambre más intensa de manera mucho más rápida que otros alimentos. Y no solo las chips son adictivas, lo mismo ocurre con las patatas fritas “normales” precocinadas.
Tanto los pasteles como los productos de bollería, debido a su alto contenido en azúcares y grasas de rápida absorción tienen un gran poder de adicción ya que, además, suelen contener aromatizantes y saborizantes artificiales que los hacen aún más apetitosos.
Con el queso no se suele encontrar un término medio: o gusta o disgusta. Y cuando gusta lo hace a lo grande. ¿La razón? Similar a la de las patatas fritas: por su contenido en grasa. La diferencia es que el queso es un alimento beneficioso para la salud pues, por su aporte en calcio, ayuda a fortalecer los huesos y solo su abuso nos puede poner en alerta.
Diferentes estudios apuntan que la comida crujiente (crispy,crunchy, en inglés) es la que más gusta a los consumidores. Si a esto se le añade la grasa, como es el caso del pollo frito, la adicción está asegurada.
Además de crujientes, hecho que ya de por sí es atractivo, los cereales contienen gran cantidad de azúcar, desde lo naturales a los procesados, estos últimos además contienen saborizantes y aditivos artificiales que enganchan a cualquiera.
Otro alimento crujiente y lleno de grasa que, además, es un complemento habitual de las tardes de domingo frente al televisor, son adictivas y se suelen comer de manera compulsiva. Además, hay que tener cuidado, pues, a parte de la grasa, también tienen una gran cantidad de sal que puede ser perjudicial para las personas con hipertensión.
El chocolate, independientemente de sus variantes, es rico en azúcar, un ingrediente altamente adictivo por la sensación de placer que produce en el cerebro. Igual pasa con las galletas de chocolate que, además, contienen grasas y satisfacen de manera rápida la sensación de hambre.
Es el top de la comida que crea adicción. Una bomba de grasa con forma de hamburguesa y, en consecuencia, uno de los alimentos más adictivos. Si un día te apetece comer una hamburguesa con queso, mejor prepáratela en casa con productos de primera calidad y cocinada de manera adecuada.
Llegamos a los hidratos de carbono. La pizza, junto con la hamburguesa con queso, es uno de los alimentos más adictivos. A pesar de que se sabe que engorda, que no se debe comer por la noche porque la grasa se acumula en la zona abdominal, cuando tenemos delante una pizza es casi imposible comer una única porción.
El helado apetece en cualquier época del año y es que es uno de los alimentos que actúan más directamente sobre el sistema de recompensas del cerebro dando una sensación de placer.
Existen otros productos igualmente adictivos por su alto contenido en azúcares y grasas que producen esa sensación de placer y calman el hambre emocional. Productos como los refrescos, las galletitas saladas, las barritas energéticas, golosinas… se debería controlar su consumo o, en algún caso, directamente evitarlo, pues tampoco son los más recomendables para llevar una dieta sana y equilibrada. En definitiva, cuidado con los alimentos procesados y los ricos en azúcares y grasas saturadas.