Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorSegún nos hacemos mayores aumentan los trastornos del sueño y en los más mayores se hace más evidente. Estos trastornos se pueden presentar en forma de insomnio o dificultad para conciliar el sueño, o también por un aumento de la somnolencia diurna y sueño prolongado por la noche, lo que se conoce como hipersomnia.
Dormir durante muchas horas y de un tirón puede parecer el mayor de los placeres, una manera de recuperar energía, especialmente para aquellas personas que sufren de insomnio; pero para las que viven en un estado de somnolencia constante, representa vivir atrapado, no ser dueño de las propias energías, que resultan ser muy pocas.
La hipersomnia es un trastorno del ciclo del sueño que se acompaña por la necesidad excesiva de dormir a todas horas, tanto durante el día como por la noche, prolongando las horas de sueño a más de 10, sin que exista una explicación que lo justifique.
Esta alteración provoca limitaciones funcionales, baja el rendimiento intelectual, aumenta el cansancio y quien la sufre puede dormirse en cualquier lugar por inverosímil que parezca, con el consiguiente riesgo que esto puede conllevar.
Se considera sueño excesivo cuando se necesitan tomar más descansos del sueño de lo habitual, los síntomas deben permanecer como mínimo más de un mes y si empeora pueden aparecer otras patologías relacionadas con el sueño, como la narcolepsia o el Síndrome de Kleine Levin, conocido también con el nombre de Síndrome de la Bella Durmiente. En las personas mayores, este exceso de sueño diurno puede ser debido a alguna enfermedad de tipo neurológico.
Podemos describir tres tipos de hipersomnia en función de cómo afecta a quien la padece:
Algunas enfermedades pueden favorecer la aparición de la hipersomnia: depresión, alzhéimer, consumo de drogas y alcohol, estrés, anemia, tumores y algunos fármacos como los antihistamínicos, tranquilizantes, antidepresivos o algunos tratamientos contra el cáncer.
El principal síntoma es la somnolencia prolongada durante la noche o excesiva durante el día, lo que comporta un aumento desmesurado de las horas que se necesita dormir. Además, este estado de somnolencia suele verse acompañado de:
Para evitar la hipersomnia lo mejor es adoptar unos buenos hábitos e higiene del sueño. Seguir estas pautas ayudarán a dormir de manera ordenada pudiendo descansar por la noche y favoreciendo la vigilia durante el día.
En el caso de sospechar que se sufre de hipersomnia, lo mejor es acudir al médico para que pueda hacer una valoración e indicar qué tratamiento es el más adecuado para controlar los estados de somnolencia, disminuir el cansancio excesivo y poder mantenerse en estado de vigilia durante más tiempo.
El tratamiento farmacológico es de los más habituales, aunque también existen como alternativa o complemento la terapia corporal, una serie de ejercicios para realizar cuando se detectan los síntomas de somnolencia que permiten mantenerse despierto.
No es para nada recomendable recurrir a la ingesta desmesurada de sustancias psicoactivas como el café, el té u otros fármacos y estimulantes que pueden tener consecuencias muy negativas para la salud, especialmente si se tiene problemas de corazón.