Rosa María Torres
Salud
¿Sabías que el hipo puede ser un síntoma de enfermedad?
Rosa María Torres
Foto: Bigstockphoto
Domingo 26 de mayo de 2019
ACTUALIZADO : Lunes 6 de noviembre de 2023 a las 11:14 H
3 minutos
A veces, el hipo puede ir acompañado de una leve tensión en el pecho, el abdomen o la garganta
El hipo es un acto reflejo que se da a diario en millones de personas. Es muy incómodo y brusco y, en ocasiones, hasta inesperado. Sin embargo, es una de las reacciones del cuerpo humano más comunes. Se trata de una contracción sincrónica e involuntaria de los músculos intercostales y el diafragma, situado entre las cavidades pectoral y abdominal y con un papel muy importante en nuestro sistema respiratorio. Por culpa de estos espasmos, el glotis (la abertura superior de la laringe, delimitada por las cuerdas vocales) se cierra y da lugar al típico sonido del que suele ir acompañado. Hay varios tipos de hipo:
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Hipo transitorio. Tiene una duración de segundos o pocos minutos.
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Hipo persistente. Cuando dura más de 48 horas. Si este hipo supera el mes, se habla de hipo intratable.
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Hipo recurrente. Se repite de forma regular y los brotes son duraderos en el tiempo.
Por suerte, los ataques de hipo suelen desaparecer por sí solos y no requieren una visita al hospital. Aunque en los casos en los que no desaparece, sí se aconseja acudir al médico de atención primaria para descartar una posible enfermedad, después de llevar a cabo una exploración física completa y pruebas complementarias para llegar al diagnóstico. En muchas ocasiones, el hipo podría estar indicando una enfermedad gastroesofágica o hasta un futuro ataque al corazón, sobre todo si va acompañado de otros síntomas como náuseas, indigestión o sudoración.
El estilo de vida también influye
Comer rápido, en abundancia y sin masticar puede desembocar en un brote de hipo. También el consumo de bebidas con gas o alimentos fuertes para el estómago como el picante, el alcohol o el tabaco. El estrés, la ansiedad o el pánico también son desencadenantes.
Trucos fáciles para detener el hipo
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Aguanta la respiración. El truco más antiguo de todos siempre funciona. Con esta acción se prolonga el dióxido de carbono en la sangre, esto activa los nervios que se ocupan de los movimientos del diafragma y se recupera la respiración normal.
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Recibir un susto. Con esta reacción inesperada, el diafragma se activa y se restaura la respiración.
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Inhala vinagre. Su fuerte olor llegará rápidamente a los pulmones y calmará el hipo de inmediato. Eso sí, mantén una distancia prudencial de tres centímetros.
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Coloca compresas frías sobre la frente.
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Muerde una rodaja de limón y chupa el jugo. El ácido del limón provoca una reacción que te ayudará a que el hipo se corte.
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Tápate los oídos y bebe agua ayudándote de una pajita.