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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha advertido ante el Congreso de los Diputados de que llega "un invierno largo" por el alza de los casos de COVID-19, por lo que ha avanzado que las fiestas este año "serán distintas".
En su intervención ante la Cámara Baja para defender la pertinencia del estado de alarma, el ministro ha mandado un mensaje a la ciudadanía para que continúen sin "relajar las medidas" contra el virus, a pesar de "estar cansados" de "no poder abrazar" a sus familiares y del resto de alteraciones que ha provocado el COVID-19 en la sociedad española.
En cualquier caso, ha adelantado que aún "queda un horizonte amplio por delante" de convivencia con el virus. "Llega un invierno largo, tendremos unas fiestas distintas a las que nos tendremos que adaptar. Se trata de proteger a nuestra población vulnerable y a nuestro sistema sanitario. Se trata de protegernos todos para proteger la salud de la población", ha argumentado, pidiendo en consecuencia a los ciudadanos que respeten las medidas de uso de mascarillas, higiene de manos, menos movilidad, más ventilación y mayor tiempo posible de actividad al aire libre.
En su intervención, el ministro ha aprovechado para defender el primer estado de alarma, adoptado el 14 de marzo, para atajar la primera ola: "Nuestro objetivo en marzo era doblegar la curva de transmisión y situarla en un nivel de que no constituyera un riesgo. El estado de alarma fue efectivo entonces. El objetivo era ir recuperando la actividad para evitar dar pasos atrás".
En este contexto, argumentando que el primer estado de alarma funcionó, Illa ha reivindicado la necesidad de uno nuevo porque "el pico sigue siendo muy alto" ahora. "Desde el punto de vista epidemiológico, la declaración del estado de alarma está plenamente justificada", ha insistido.
Junto a esto, ha dado varias razones para que el estado de alarma se prorrogue durante seis meses, por "un horizonte temporal amplio". "Queremos ser prudentes", ha iniciado su argumentación, alegando que los meses de otoño e invierno están asociados a virus respiratorios, principalmente la gripe, que conllevan un aumento de la ocupación en hospitales: "Una parte de estas infecciones se complicarán y necesitarán asistencia hospitalaria".
Por otra parte, ha recordado que la segunda ola se está extendiendo "con gran velocidad" en toda Europa y que la situación actual es "de incertidumbre". "El proceso de una vacuna es muy complejo. Los plazos pandémicos son largos, hay inestabilidad y tenemos que ofrecer un plazo que dé la máxima estabilidad posible. Este plazo no es inamovible", ha sostenido.