Pilar Abellán Martínez
Salud
La inactividad física afecta más a los músculos que el envejecimiento
La inflamación también es un factor determinante
Un equipo de científicos del Instituto de Problemas Biomédicos, que forma parte de la Academia Rusa de Ciencias, llevaron a cabo un ensayo en el que observaron los genes y las proteínas relacionadas con el envejecimiento del músculo esquelético de 50 personas voluntarias. Los resultados se publicaron en la revista Agign Cell e indican que la inactividad física afecta más a los músculos que "el envejecimiento primario o los procesos madurativos intrínsecos".
El cuerpo se deteriora de manera natural con la edad, pero hay algunas variables relacionadas con nuestro estilo de vida que pueden frenar algunos procesos del envejecimiento.
A partir de los 30 años, la masa muscular se va reduciendo y los músculos pueden perder algunas de sus células. El volumen de músculo esquelético disminuye, y algunas fibras musculares se reducen en torno a un 50%.
El envejecimiento del tejido muscular hace que los músculos estén menos tonificados y sean menos capaces de contraerse.
Con la edad, los músculos se ponen rígidos y a esto hay que sumarle que los huesos se vuelven menos densos y, sin una masa muscular fuerte que los proteja, es más fácil que se produzcan roturas y lesiones.
Esta nueva investigación indica que en realidad, la inactividad física y la inflamación crónica, como la artritis por ejemplo, son los factores más determinantes del envejecimiento.
4.000 genes afectados por la falta de ejercicio y la inflamación
El estudio incluyó a 15 jóvenes sanos y a 8 pacientes jóvenes, junto con 37 mayores que padecen osteoartritis de rodilla o cadera, es decir, inactividad prolongada e inflamación crónica.
Según lo descubierto, la inactividad física y la inflamación están más asociadas con el envejecimiento primario que la edad en la expresión de aproximadamente 4.000 genes que regulan diversos procesos como la función mitocondrial, el equilibrio proteico y las respuestas inmunitarias e inflamatorias.
El equipo también identificó menos genes (aproximadamente 200) en los que ocurría lo contrario: estaban más relacionados con el envejecimiento primario que con otros factores.
"Esto es importante para desarrollar enfoques que retrasen el envejecimiento regulando la expresión de estos genes", afirma el coautor Daniil V. Popov, doctor del Instituto de Problemas Biomédicos de la Academia Rusa de Ciencias.
"El conjunto de genes putativos del envejecimiento primario identificados en este estudio puede utilizarse como recurso para otros estudios mecanísticos que examinen el papel de genes individuales en la aparición del fenotipo celular senescente en el músculo esquelético y otros tejidos", concluye.
Estos resultados significan que el ejercicio físico puede influir en la regulación de los genes que intervienen en el envejecimiento de los músculos, lo que supone una razón más para practicar actividad física de forma regular.