Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), IMDEA Alimentación, CIBERESP y el instituto sueco Karolinska, ha revelado que la ingesta de proteínas reduce la mortalidad en personas mayores con enfermedad renal crónica (ERC).
Actualmente, se recomienda a los pacientes con ERC leve y moderada restringir la ingesta de proteínas para ralentizar la progresión de la enfermedad y evitar complicaciones metabólicas. Sin embargo, las personas mayores necesitan más proteínas que los jóvenes para mantener su función física, conservar una buena salud y recuperarse de posibles enfermedades.
El hallazgo, publicado en JAMA Network Open, señala que, en relación con la recomendación estándar de 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día (aproximadamente 56 gramos para una persona de 70 kilos), una ingesta de 1; 1,2 y 1,4 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día se asocia con un riesgo de muerte un 12, 21 y 27 por ciento menor, respectivamente.
La enfermedad renal crónica (ERC) reduce la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y cumplir con sus funciones vitales. Esta afección no tiene cura y se asocia con un incremento del riesgo de diversas enfermedades y una mayor mortalidad.
El estudio ha analizado datos de 8.543 personas mayores de España y Suecia, recogidos durante diez años, para determinar la ingesta adecuada de proteínas en pacientes con ERC.
La ingesta de proteínas se estimó mediante entrevistas y cuestionarios validados, mientras que los datos de mortalidad se obtuvieron de registros nacionales de defunciones. En este sentido, los autores explican que "la presencia de ERC se determinó mediante análisis de sangre y orina, así como diagnósticos médicos. Los análisis se ajustaron por variables sociodemográficas, de estilo de vida, otras enfermedades crónicas y calidad de la dieta para evitar sesgos en los resultados".
Los investigadores detallan que "la proteína vegetal, procedente de cereales, legumbres o frutos secos, y la proteína animal, de carne, pescado, lácteos o huevos, mostraronasociaciones similares con la mortalidad, y eran comparables en personas de 60 a 74 años y en mayores de 75.
Estos hallazgos sugieren que, en personas mayores con ERC leve o moderada, los beneficios de una mayor ingesta de proteínas podrían superar a sus riesgos en términos de mortalidad. Por lo tanto, estos pacientes podrían beneficiarse de consumir más proteínas de las actualmente recomendadas, de manera similar a las personas mayores sin ERC.
Sin embargo, dada la naturaleza del análisis, no está claro si estos resultados se aplican a personas con ERC grave, de otros grupos étnicos o que sigan dietas vegetarianas y/o bajas en proteínas.
En futuros estudios, los investigadores planean examinar el papel de la dieta y la nutrición en otros síndromes geriátricos y patologías neurodegenerativas con el objetivo de influir en las políticas de salud pública y la práctica clínica.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.