Insolación y golpe de calor: ¿qué los diferencia?

Llega el verano y con él dos problemas de salud importantes que afectan cada año a miles de personas: la insolación y el golpe de calor. Amas están causadas por el exceso de temperatura en el cuerpo o porque este no puede regular la temperatura corporal. Pero ¿qué los diferencia?

Las diferencias

La insolación es un problema de salud que puede resultar muy grave. Se produce cuando una persona pasa demasiado tiempo al sol de tal manera que su cuerpo no es capaz de refrigerar ni bajar la temperatura de forma normal, ya que el sudor no cumple su función y no se produce sudoración. Este trastorno es más frecuente en niños muy pequeños, personas mayores, personas que realizan tareas expuestos al sol y en aquellos que consumen ciertos medicamentos o alcohol.

Por su parte, el golpe de calor es un trastorno que se produce por una exposición prolongada a altas temperaturas o por un esfuerzo físico realizado. El problema se agrava si el cuerpo alcanza temperaturas superiores a los 40ºC. Si esto ocurre y no se adoptan medidas ni se ofrece un tratamiento adecuado, un golpe de calor puede provocar un fallo multiorgánico en el cerebro, el corazón, los músculos o los riñones, entre otras partes del cuerpo.

En ambos casos es fundamental adoptar medidas de manera inmediata porque las consecuencias derivadas pueden ser muy graves.

¿Cómo actuar antes estos problemas de salud?

En el caso de una insolación, se aconseja retirar al paciente de la exposición solar y colocarle en un espacio fresco, a la sombra y ventilado, sin apenas ropa, y bajarle la temperatura corporal con baños de agua fría. También se recomienda masajear el cuerpo para estimular la circulación sanguínea y favorecer así que la sangre fría llegue lo antes posible a órganos vitales como el cerebro o el corazón.

En un golpe de calor, se aconseja refrescar a la persona que sufre este trastorno, llegando incluso a introducirle en agua fría o helada de forma rápida para bajar la temperatura. También se pueden recurrir a otros métodos como humedecer a la persona y darle aire, recurrir al hielo o a mantas de enfriamiento. De forma especial en áreas del cuerpo como las ingles, las cervicales, las axilas o la espalda.

No obstante, hay que tener en cuenta que ambos problemas de salud son muy graves y que lo mejor es adoptar medidas de prevención para evitar cualquier de estos problemas. Por ejemplo, mantener una buena hidratación, evitar la exposición solar prolongada y las altas temperaturas en las horas centrales del día no pueden salvar de sufrir una insolación o un golpe de calor. Podemos encontrar más recomendaciones en la web del Ministerio de Sanidad.