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El brote de listeriosis declarado el pasado 16 de agosto como alerta nacional y que ha causado dos muertos y más de 200 afectados hasta el momento, vuelve a poner el foco las intoxicaciones alimentarias. Éstas son mucho más frecuentes en verano debido a las altas temperaturas que favorecen la proliferación de bacterias y a la incorporación de nuevos alimentos que no suelen estar en la dieta habitual. Comer fuera en diversos restaurantes también suele apuntarse como principal causa. Sin embargo, los datos afirman que la mayoría de las intoxicaciones (más del 50%) tienen su origen en alimentos preparados en el hogar.
Fuente: OCU
La realidad es que las bacterias que más frecuentemente se ven implicadas en las intoxicaciones alimentarias tienen periodos de incubación de uno a tres días, con lo que es necesario hacer mucha más memoria para combatir los síntomas y diagnosticar patologías. En contra de lo que pudiera parecer las conservas, frutas, bebidas, dulces y chocolates son los alimentos menos frecuentemente implicados. Mientras que los huevos, mariscos o el pollo son los que más problemas suelen generar.
Para evitar riesgos, la OCU ha elaborado un listado de los cinco alimentos “más peligrosos”, cómo cocinarlo y conservarlos:
Huevos y derivados
Tortillas o salsas a base de huevo son un peligro bien conocido. En hostelería se usa huevo pasterizado para evitarlo. Pero aun así este alimento hay que manipularlo con cuidado, evitar que el interior se contamine con la cáscara que puede estar sucia, no lavarlos, tener las salsas como mayonesa siempre en la nevera y no más de 24 horas desde que se preparan. Si se hacen tortillas con huevo no muy cuajado, no tenerlas más de un par de horas fuera de la nevera, e incluso dentro del frigorífico no más de 24 horas, sobre todo en verano.
Pescados y productos pesqueros
Aunque no son los primeros que nos vienen a la cabeza también pueden estar implicados en intoxicaciones alimentarias, y la moda de comer pescado crudo o semicrudo no mejora la situación. Manipular con cuidado, lavarlos, eviscerarlos bien y cocinarlos adecuadamente es la forma de evitarlo y, si se comen crudos, que estén previamente congelados, para evitar anisakis.
Mariscos
Estos alimentos sí que son muy típicos y además con frecuencia se comen crudos o poco cocinados. Recuerda comprar los moluscos vivos y en vendedores autorizados, no furtivos, ya que en estos lugares no hay garantías higiénicas. Tampoco deben recolectarse para autoconsumo. Los moluscos de concha tienen más peligro porque concentran las bacterias incluso patógenas y si no están cogidos en zonas seguras o depurados pueden darnos muchos sustos.
Vegetales y derivados
Al estar en contacto con la tierra, si no se lavan bien y luego se mezclan con otros ingredientes también pueden darnos problemas. Últimamente también ha habido brotes víricos con frutas rojas congeladas o zumos.
Pollo: todo un clásico
Aunque como vemos no está el primero, la carne de pollo es muy fácil de contaminar por su composición química, abundancia de agua y manipulación. Puede tener con frecuencia presencia de salmonella y campylobacter, que son las causantes de intoxicaciones con síntomas gastrointestinales,. Hay que cocinarla muy bien, totalmente, no tomarlo curdo o semicrudo sobre todo en productos picados como hamburguesas y salchichas frescas y evitar contaminaciones cruzadas por cubiertos y tablas.