Salud

Identifican un nuevo antibiótico extraído de los depósitos de leche de luna

65ymás

Foto: Big Stock

Domingo 12 de febrero de 2023

5 minutos

La leche de luna podría utilizarse como antibiótico revolucionario

Descubierto un nuevo antibiótico en la leche de luna
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Domingo 12 de febrero de 2023

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La leche de luna es una sustancia que se encuentra en forma pastosa, seca o líquida en cuevas calizas. Hasta hace apenas veinte años tan solo se había encontrado en cuevas de veinte países en todo el mundo en una consistencia pegajosa. Suele verse en las paredes de las cavernas y lo más común es encontrarlo en forma de roca blanda y por ello es extraña la forma en la que se halló en Guipuzcoa en 2002. Es un recurso que lleva utilizándose como remedio curativo desde hace varios siglos en civilizaciones antiguas como China e incluso en zonas del norte de España. 

Ahora vuelve a estar en el foco de la investigación científica debido a un estudio realizado por científicos de la Universidad de Lieja (Bélgica) y la 'spin-off' HEDERA-22. Han descubierto un compuesto críptico activo contra bacterias multirresistentes a los antibióticos durante un estudio sobre la leche de luna. En su trabajo, publicado en la revista científica 'International Journal of Molecular Sciences', los investigadores afirman que estudiaron la flora microbiana de la leche de luna por simple curiosidad, para justificar por qué se usa desde hace tantos años en terapia humana y animal. 

 

El elixir de las hadas

Hay varias leyendas que giran en torno a la leche de luna, cuyo nombre y apariencia contribuyen a su existencia. En la prolífica mitología vasca se decía que bañaba a diosas y hadas. En algunos países nórdicos se cuenta que esta extraña sustancia era parte de rituales paganos para generar niebla espesa y esconderse de sus enemigos. También se cuenta que hace casi 3.000 años, un aristócrata de la antigua China lo usaba como ungüento para mejorar su piel. 

La leche de luna no es un nuevo descubrimiento, ya se conocían sus valores curativos; lo que no se conoce aún es su función al completo. Cada vez que la ciencia se aproxima a ella, algo nuevo sale a la luz sobre el misterioso elixir de las hadas. 

Tras los pasos de los investigadores

Primero acudieron a las cuevas de la meseta condruziana en busca de leche de luna y con el objetivo de aislar actinobacterias filamentosas, las principaes encargadas de la producción de agentes antimicrobianos. Encontraron un gran número y de una gran diversidad, consiguiendo una muestra de todos los géneros bacterianos más prolíficos en términos de producción de antimicrobianos

El análisis de los genomas de las bacterias aisladas reveló que se agrupan en una vasta farmacia subterránea. Este conjunto microbiano puede producir cientos de antibióticos que se utilizan diariamente en la actualidad. Lo que encontraron más fascinante es que la mayoría de los genes de biosíntesis que forman parte de estas bacterias y ayudan a producir compuestos bioactivos son crípticos: no se les puede asociar una molécula conocida

Esto se traduce en que estas cepas constituyen una auténtica reserva para el descubrimiento de nuevas moléculas bioactivas. Pero estas no son de fácil cultivo en condiciones de laboratorio. Es decir, una vez extraídas de sus condiciones extremas de desarrollo, es complicado mantenerla con vida. Su desarrollo en medio de cultivo no suele ser óptimo, pues los medios utilizados son demasiado ricos e incluso tóxicos, en comparación con las condiciones nutritivas que aparecen en su nicho ecológico natural. 

Un nuevo antibiótico

Todos estos hallazgos han permitido desvelar un primer compuesto. Se trata de un antibiótico denominado lunaemycin y producido por una nueva bacteria 'Streptomyces lunaelactis, lunaemycin y lunaelactis' en referencia al nicho ecológico del que proceden esta molécula y esta bacteria, la leche de luna. La lunaemycin tiene propiedades interesantes, especialmente activa contra bacterias Gram-positivas multirresistentes a los antibióticos.

Todavía es pronto para decir si este (no tan) nuevo antibiótico será expotable. Aun así, la lunaemycin se puede considerar una primera inmersión en la leche de luna, que contiene numerosas moléculas desconocidas por la ciencia hasta la fecha, aunque intuidas por las civilizaciones antiguas, y que podrían tener propiedades similares. 

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