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Investigadores liderados por un equipo del Instituto de Neurociencias de la Universitat de Barcelona (UBNeuro) ha identificado mayor espesor cortical en el lóbulo frontal en un grupo de personas de edad avanzada que presentaban altos niveles de educación -de 15 años o más-.
El estudio, publicado en The Journal of Neuroscience, evidencia por primera vez en humanos las características moleculares de las áreas cuyo espesor varía en función de la educación y confirma estudios anteriores que habían sugerido que la educación, en tanto que actividad cognitivamente estimulante, modula los mecanismos de plasticidad cerebral.
"El grupo con más educación se caracterizaba por presentar mayores espesores corticales en el lóbulo frontal, concretamente en las regiones prefrontales del cingulado anterior y la corteza orbital", ha explicado el líder del estudio, el profesor de la UB David Bartrés-Faz.
"Las áreas donde las personas con altos niveles de educación presentan más grosor cortical están caracterizadas por una sobreexpresión de familias de genes implicadas en la transmisión sináptica", relacionada con la plasticidad cerebral, y genes involucrados en las respuestas inmunológicas, ha dicho Bartrés-Faz, también investigador de la UBNeuro y el Idibaps, Institut d'investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer.
El estudio ha contado con colaboración del equipo del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE, Alemania) de Michel J. Grothe, y ha ahondado en el conocimiento de mecanismos que explican cómo los altos niveles de educación se asocian con el mantenimiento de la función cognitiva en la edad avanzada.
En una segunda parte del trabajo, se investigó si estas regiones tenían diferencias a nivel molecular en su genética respecto al resto de áreas del cerebro, para lo que utilizaron datos del Atlas del Cerebro Humano del Instituto Allen, que contiene información sobre el transcriptoma humano de la corteza cerebral.
122 personas
El trabajo ha analizado datos de neuroimagen de 122 personas cognitivamente sanas (87 mujeres y 35 hombres, con una edad media de 68,2 años), incluyendo participantes del estudio internacional The Walnuts and Healthy Aging Study (WAHA), coordinado por Emili Ros, del Hospital Clínic de Barcelona-Idibaps y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).
Investigaciones anteriores de neuroimagen ya habían detectado que las regiones prefrontales muestran aumentos del metabolismo o de la conectividad funcional en personas de edad avanzada con niveles altos de reserva cognitiva. Estos resultados se habían interpretado, hasta ahora, considerando que los cambios en esas regiones permitían más eficiencia neural ante tareas cognitivas en el envejecimiento, o bien que evidenciaban la existencia de mecanismos compensatorios para contrarrestar el efecto de la atrofia cerebral propia de la edad o el inicio de procesos neuropatológicos. El nuevo trabajo es compatible con estas interpretaciones, a la vez que propone nuevas direcciones para futuros estudios moleculares sobre la salud cerebral en la edad avanzada.