Rocío Ortiz
Mayores
¿Cuáles son los beneficios del baile terapéutico para las personas de tercera edad?
Esta nueva disciplina puede llegar a aportar beneficios físicos y psicológicos a los mayores
Desde tiempos inmemoriales, la danza se ha utilizado como un medio de expresión y celebración alrededor de todo el mundo. De hecho, en muchas comunidades, actúa también como un elemento fundamental de su cultura, recordemos sino el flamenco, la sardana o la jota, todas ellas propias de nuestro país. Sin embargo, el baile no solo sirve para divertirse o rendir homenaje a nuestra tradición, también puede ser de gran ayuda para nuestra salud.
No es ningún secreto que la danza es un ejercicio que nos permite estar en forma. ¿Cómo? Fortaleciendo nuestro corazón, fomentando la pérdida de peso, combatiendo el estrés y mejorando nuestra resistencia y flexibilidad, entre otros muchos beneficios. Incluso es capaz de aumentar la memoria y aliviar los síntomas del Alzheimer, tal y como demostró un estudio realizado por la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. Debido a este alcance, no es de extrañar que hayan surgido en los últimos años numerosas disciplinas que buscan potenciar aún más estos efectos, entre ellas la danza terapéutica.
Esta nació en Estados Unidos durante los años 40, con el objetivo de ayudar a las personas a nivel físico, psicológico y social. Pero no se trata de realizar coreografías muy elaboradas, a veces solo consiste en aprender unos pequeños pasos o incluso dar rienda suelta a la expresión corporal. No obstante, aunque suele estar vinculado a aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad mental, este tipo de baile también se emplea para tratar otras patologías o situaciones de extrema delicadeza. Un hueco donde las personas mayores también son protagonistas.
La danza terapéutica para personas mayores
Tal es el éxito de este tipo de disciplina que ya existen organizaciones, como la Asociación Americana de Danza Terapéutica (@ADTAorg), que trabajan codo con codo con este grupo poblacional. Según sus profesionales, la danza terapéutica es “el uso psicoterapéutico del movimiento para promover la integración de las partes emocionales y físicas de la persona”. Bajo esta premisa, la danza terapeútica puede ayudarnos a superar la insatisfacción que sentimos al envejecer, así como la incapacidad para aceptar nuestras emociones, canalizar los problemas y superar las frustraciones o el sentimiento de soledad.
Además de los clásicos impedimentos físicos que conlleva el envejecimiento, las personas mayores también suelen enfrentarse a problemas psicológicos que, a veces, resultan muy complicadas de paliar. Ante este panorama, la comunidad médica puede recomendar la práctica de este tipo de actividades, debido a los beneficios expuestos anteriormente. En este sentido, la psicóloga Maria Rossi, especializada en danzaterapia, bioenergética y psicoterapia corporal, nos explica que en su clínica no intentan que los mayores sigan movimientos específicos o marcados. Los que participan en estas terapias son libres para expresarse como quieren, una independencia que les ayuda a mostrar sus sentimientos y deshacerse de sus cargas.
Durante este proceso y gracias a esa libertad de movimiento, las personas mayores son más conscientes de su cuerpo y les ayuda a expresar su estado de ánimo. Viajando incluso al pasado, cuando todavía eran jóvenes, algo que despierta multitud de emociones y guía su ejercicio, añade la experta. Pero, ¿cuál es el impacto real de la danza terapéutica en las personas mayores?
¿Cuáles son los beneficios de la danza terapútica?
Según un estudio realizado por Carmen Grace Salazar, y publicado en la Revista Educación de la Universidad de Costa Rica (@UniversidadCR), las virtudes de dicha disciplina pueden afectar al rendimiento físico del individuo, a su salud mental y su manera de relacionarse con el entorno. En el primer caso, las personas mayores suelen tener menos movilidad y flexibilidad, además de problemas en los huesos y la musculatura. El baile terapéutico les ayuda a controlar mejor su respiración, resistencia y equilibrio, además de mejorar su postura corporal.
En cuanto a sus beneficios psicológicos, el desgaste emocional y los sentimientos de soledad y baja autoestima pueden aumentar la vida sedentaria de las personas mayores. Mediante este tratamiento, pueden enriquecer la imagen que tienen de sí mismos, sentirse realizados y aceptarse tal y como son. Además de estar más relajados y tener una visión mucho más positiva del envejecimiento. Además, como es bien sabido, en la tercera edad es habitual sentirse solos, lo que puede incrementar la frustración y las dificultades para relacionarse.
Por eso, entre los beneficios más importantes de esta terapia se encuentran los de carácter social. La danza terapéutica crea un ambiente de compañerismo donde los individuos se sienten más acogidos, y aumentan su participación e interacción con los demás. Mediante el contacto con otras personas, pueden sentir que forman parte de una verdadera comunidad.
¿Dónde practicar esta disciplina?
En Madrid, el próximo día 19 de abril, todos los que quieran probar esta terapia tienen la oportunidad de hacerlo. ¿Cómo? A través de un taller de introducción al movimiento expresivo que organiza el Grupo Crece (@psicologiacrece) en sus instalaciones, que durará dos días. Las personas que asistan conseguirán conectar con el aquí y el ahora mediante el movimiento.
En cambio, si vives en Barcelona, más concretamente cerca del Barrio de Gracia, la psicóloga y bailarina profesional Javiera Morales Daviú imparte seis encuentros de tres horas una vez al mes que, según explica, ayuda con diferentes ámbitos dependiendo del día que se acuda. Desde el desarrollo personal hasta la gestión emocional o el aumento de autoestima.
¿Existe alguna alternativa?
En cualquier caso, si existe alguna duda sobre si este tipo de terapia va a ser beneficiosa para la persona que lo práctica, es recomendable acudir antes a un psicólogo que dé el visto bueno a esta actividad. Del mismo modo, también se puede acudir al médico de cabecera, para que recomiende otras alternativas con las que compaginar la danza terapéutica y combatir el sentimiento de soledad, la apatia o el desánimo que a veces acompaña al envejecimiento. Por ejemplo,