Toni Esteve
Mayores
Mejora tu equilibrio con estos ejercicios para mayores
Trabajar la fuerza y la estabilidad te mantendrá autónomo y a salvo de caídas
Las caídas pueden ser muy peligrosas en las personas mayores. Más del 30% de los mayores de 70 años las sufren. Si queremos desplazarnos con seguridad hay que perder el miedo a la posibilidad de caerse y para ello es recomendable trabajar el equilibrio, la fuerza y la coordinación. En este sentido, practicar regularmente alguna actividad física o deporte nos ayudará a conservar la fuerza muscular, la movilidad de las articulaciones y una buena coordinación motora.
Conforme aumenta nuestra edad, los reflejos y la agilidad disminuyen. Además la fuerza y equilibrio van de la mano: cuando ejercitamos la fuerza sin duda mejoramos también nuestra postura y estabilidad.
Por lo que respecta al equilibrio, algunos ejercicios pueden ayudarte a evitar caídas y conservar tu autonomía. Estos son muy simples y puedes practicarlos allí dónde te encuentres:
–Imagina una línea recta en el suelo y camina a lo largo de ella poniendo un pie delante del otro, juntando el talón del pie adelantado con la punta del pie de atrás.
–Si estás en casa, levántate y siéntate de una silla. Puedes hacer lo mismo en un banco del parque favorito de tu ciudad o mientras estás en una sala de espera. Tan solo repite varias veces este ejercicio conservando bien el equilibrio y una buena postura.
-Otro buen ejercicio para trabajar el equilibrio y la estabilidad en cualquier lugar donde nos encontremos es permanecer apoyado sobre una sola pierna, como si estuviéramos a la pata coja, y luego sobre la otra. Seguro que se te ocurren infinidad de momentos en tu día a día en que podrías hacer esto sin dejar de hacer la tarea que te tenga ocupado.
-Como decíamos antes, los ejercicios para fortalecer la parte inferior del cuerpo también son muy recomendables para ganar estabilidad y evitar caídas. Prueba a ponerte detrás de una silla (o un banco de la calle, o un elemento firme que al que puedas sujetarte) y agárrate al respaldo. Luego dobla la rodilla hacia atrás todo lo que puedas, como si quisieras tocar tu trasero con el talón de tu pie. Aguanta unos segundos la posición y luego baja la pierna lentamente.
-Como en el ejercicio anterior, sitúate detrás de una silla y agárrate. En este caso, mantén la espalda y tus piernas rectas y levanta una de las piernas con un movimiento lateral hasta situarla a 20 centímetros del suelo. Aguanta unos segundos en esta posición y luego baja la pierna lentamente. Como siempre, repite el ejercicio con tu otra pierna.
Si ya tienes la musculatura caliente y te sientes seguro, prueba a hacer los dos últimos ejercicios sin sujetarte a la silla (o hazlo solo con la punta de los dedos). Con ello irás ganando más estabilidad y confianza, lo que redundará en tu capacidad para mantenerte autónomo y a salvo de las caídas.