Toni Esteve
Mayores
La Década del Envejecimiento Saludable, una nueva mirada sobre la vejez
Reemplaza el enfoque anterior de la OMS sobre el envejecimiento activo
La Organización Mundial de la Salud (@WHO) ha declarado el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable. Esta iniciativa impulsa una acción concertada entre gobiernos, sociedad civil, organismos internacionales, profesionales, instituciones académicas, medios de comunicación y el sector privado para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.
La población envejece con más rapidez que en el pasado. En el mundo hay ya más de mil millones de personas que tienen 60 años o más, la mayoría de ellas en países de ingresos bajos y medianos. Esta transición demográfica afectará a casi todos los aspectos de la sociedad: muchas de esas personas no tienen acceso a los recursos básicos necesarios para una vida plena y digna, mientras que otras se enfrentan a numerosos obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad.
Por estos motivos, la OMS considera que se necesita urgentemente un decenio de acción mundial concertada sobre el Envejecimiento Saludable. Este concepto se refiere al “proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. La capacidad funcional consiste en tener los atributos que permiten a todas las personas ser y hacer lo que para ellas es importante”.
En este sentido, el organismo internacional recuerda que todo el mundo puede experimentar un envejecimiento saludable: estar libre de enfermedades o dolencias no es un requisito para un envejecimiento saludable, ya que muchos adultos mayores tienen una o más condiciones de salud que, cuando están bien controladas, tienen poca influencia en su bienestar.
Diferencias con el envejecimiento activo
El envejecimiento saludable reemplaza el enfoque anterior de la Organización Mundial de la Salud sobre el envejecimiento activo, un marco de políticas desarrollado en 2002. El envejecimiento saludable, como el envejecimiento activo, enfatiza la necesidad de actuar en múltiples sectores y permitir que las personas mayores sigan siendo un recurso para sus familias, comunidades y economías.
Sobre la habilidad funcional que permite el bienestar en la vejez, la OMS considera que debe incluir la capacidad de las personas para:
- Satisfacer sus necesidades básicas
- Aprender, crecer y tomar decisiones
- Ser móvil
- Construir y mantener relaciones
- Contribuir a la sociedad
Así, la capacidad intrínseca comprendería todas las capacidades mentales y físicas de las que una persona puede valerse e incluye su capacidad para caminar, pensar, ver, oír y recordar. Todas estas habilidades, claro está, se pueden ver amenazadas por enfermedades y lesiones propias de la edad, así como por el entorno de las personas mayores (su hogar, las relaciones con la comunidad y la sociedad en general). Por ello vivir en entornos que apoyen y mantengan la propia capacidad intrínseca y funcional es clave para un envejecimiento saludable.
En definitiva, el plan para el Década del Envejecimiento Saludable de la OMS pone a las personas mayores en el eje central de su acción para mejorar su vida. En relación a este objetivo, la OMS recuerda que “el mundo se ha unido en torno a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todos los países y partes interesadas se han comprometido a no dejar a nadie desatendido y se han propuesto garantizar que todas las personas puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un entorno saludable”.