Álex Gómez
Mayores
Café y tarta para combatir la pobreza y la soledad de los jubilados en Austria
Esta cafetería es un punto de encuentro entre jóvenes y mayores, que afrontan juntos la soledad
La soledad es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas mayores en todo el mundo. Esto lo conocen muy bien en Vollpension, una cafetería situada en el centro de Viena regentada por pensionistas que se enfrentan a problemas como la pobreza y la soledad.
El olor a dulces impregna un local en el que no es nada raro que tu camarero sea una persona mayor. Y es que, dentro de sus paredes alberga algo más que un negocio de hostelería.
Este proyecto nace en 2015 con el principal objetivo de ofrecer compañía a aquellos jubilados que en su vejez se encuentran solos. Como describen en su portal web, es difícil de creer que esto sea un problema en una país desarrollado como Austria, pero las personas que acuden suelen estar muy solas.
Un proyecto que fue muy bien acogido por su clientela, y prueba de ello es que el negocio cuenta ya con tres locales. Sus sedes son punto de unión entre jóvenes y mayores, que disfrutan de una buena merienda al mismo tiempo que se hacen compañía, se cuentan anécdotas y comparten diferentes puntos de vista.
Un problema general
Según las cifras oficiales, casi la mitad de los austríacos mayores de 60 años vive solo. Entre los mayores de 65, ese porcentaje es del 30%. Estos datos impulsaron el proyecto, que en un primer momento tenía como objetivo principal crear un punto de encuentro entre jóvenes y mayores, aunque haya evolucionado a algo más que eso.
Cuentan con 80 trabajadores, de los que más de la mitad están jubilados, y cuya inmensa mayoría es mujeres. No solo combaten la soledad, sino que también se enfrentan a la pobreza y a la precariedad.
Soporte a la causa ucraniana
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha desatado la solidaridad de Vollpension. Así lo han demostrado incorporando a su equipo de trabajo a las "babushkas" o abuelas ucranianas, que huyen de su país.
De esta forma, estas personas se integran en una nueva comunidad al mismo tiempo que aportan recetas de los dulces más típicos de Ucrania. Por ahora hay cinco mujeres refugiadas en el negocio, pero esperan que sean más.
De momento solo cobran como máximo 110 euros, para no perder la ayuda de 250 euros que el gobierno austríaco proporciona a los refugiados. Desde la compañía aseguran que el principal objetivo del negocio es siempre la solidaridad con aquellos que más lo necesiten, y que esto es algo innegociable.