Mariola Báez
Medicina general
Blefaritis: ¿en qué consiste el tratamiento de esta enfermedad ocular?
Aunque en principio no supone un riesgo para la visión, la patología requiere tratamiento específico
Puede confundirse con otras afecciones propias de los ojos, o con una hinchazón momentánea por alguna circunstancia concreta, pero la blefaritis siempre implica la inflamación severa del borde palpebral, es decir, de la línea del párpado donde se ubican las pestañas. Ante una afección de este tipo, debe consultarse con el especialista para determinar el tipo de blefaritis que se está padeciendo y su origen, porque, como explica la Sociedad Española de Oftalmología, puede tratarse de una afección provocada por distintos motivos: un exceso de grasa en la zona (común en personas que padecen dermatitis seborreica); un proceso de infección bacteriana, o también de una Disfunción de la Glándulas de Meibomio (DGM), las que se encargan de segregar sus sustancias necesarias para mantener la superficie del ojo convenientemente lubricada.
¿En qué consiste el tratamiento de la blefaritis?
La Sociedad Oftalmológica de la Comunidad Valenciana (SOCV) señala que esta situación de hinchazón de los párpados es uno de los motivos más frecuentes de consulta con el especialista. Picor, escozor, enrojecimiento, descamación o sensación de arenilla en los ojos, especialmente al despertar, son algunos de los síntomas asociados a la blefaritis más reconocibles. También es bastante habitual que esta patología se presente de forma conjunta al síndrome del ojo seco.
La edad avanzada suele ser un factor de prevalencia, aunque la blefaritis no solo afecta a personas mayores. Trastornos hormonales, alteraciones dermatológicas, determinados fármacos o algunos tratamientos concretos, como la terapia hormonal sustitutiva, utilizada para aliviar los síntomas de la menopausia y algunos tipos de cáncer, podrían estar implicados en el desarrollo de blefaritis.
Hay que dejar claro que esta enfermedad no es contagiosa y que no está contrastado que pueda ser hereditaria. En cuanto al tratamiento, será el oftalmólogo, tras confirmar el tipo de blefaritis que se padece, el que establezca el más adecuado, teniendo en cuenta que, en muchos casos, la blefaritis no se cura pero sí se controla.
Extremar las medidas de higiene en el área palpebral, retirando cualquier resto de grasa, pieles "muertas", o minúsculas partículas de suciedad en la línea de los párpados, es esencial para cualquier persona que sufra esta dolencia. El oftalmólogo, también puede aconsejar la aplicación de lágrimas artificiales, que protejan y lubriquen la superficie del globo ocular. En ocasiones, el tratamiento de esta patología puede incluir suplementos vitamínicos de ingesta oral, que mejoren las secreciones de las glándulas palpebrales ubicadas junto a las pestañas, e incluso la toma de algún antibiótico en los casos que revistan mayor gravedad.