Mariola Báez
Medicina general
Todo lo que debes saber sobre las carillas dentales, si estás pensando en ponértelas
Descubre en qué casos resultan recomendables y cómo se realiza este tratamiento de estética dental
Tener una sonrisa más bonita, corrigiendo pequeñas imperfecciones en los dientes, es bastante sencillo si recurres a las carillas dentales. Es importante dejar claro, como detalla el Consejo de Dentistas de España (@CNSJ_Dentistas), que este es un tratamiento de estética dental, pensado para dar un aspecto más armonioso a las piezas dentales de nuestra boca, pero no para corregir las patologías que requieren otro tipo de técnicas de ortodoncia como, por ejemplo, una corona, un implante dental o un tratamiento para solucionar los problemas de encías o las enfermedades periodontales.
En concreto, las carillas pueden ser una buena solución para corregir cambios de coloración en los dientes o pequeñas imperfecciones, como un diente mellado o alguna fisura. También resultan útiles para conseguir una mejor alineación de las piezas, de manera que luzcan más homogéneas, por ejemplo, si tienes algún diente de distinto tamaño o "descolocado", o si existe una separación interdental que se ha incrementado con los años.
¿Qué es una carilla dental y qué tipos existen?
Las carillas estéticas dentales son unas finísimas láminas de material específico que se colocan sobre un diente dañado para taparlo, de tal manera que esa fina capa que lo recubre resulte totalmente imperceptible a la vista.
Aunque existen distintos tipos de carillas, los dentistas señalan principalmente dos, por ser los más utilizados en la actualidad: las carillas de composite, una resina específica que se extiende y adhiere directamente sobre el diente para un posterior pulido; y las de cerámica, que requieren la elaboración de un molde previo para su fabricación en un laboratorio. Estas últimas resultan más resistentes y duraderas.
Antes de colocar cualquier tipo de carilla, el odontólogo debe realizar un estudio personalizado de cada paciente para conocer su estado de salud bucodental y la situación que presentan los dientes que se quieren cubrir. En algunos casos, también es necesario una preparación previa de las piezas dentales, para lograr una colocación y un encaje perfecto de las carillas.
Una vez realizados los preliminares, las carillas se colocan adheriéndolas al diente con una sustancia que garantiza la máxima fijación. Las de composite suelen durar entre 5 y 10 años, frente a los 10-15 de las de porcelana, aunque todo depende de su colocación (acude siempre a profesionales cualificados) y de mantener, posteriormente, una correcta higiene bucodental que garantice su conservación.