Medicina general

Dislipemia: la alteración de los lípidos en sangre que incrementa el riesgo cardiovascular

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 22 de agosto de 2019

3 minutos

Hábitos de vida saludables, dieta equilibrada y ejercicio moderado son las claves para prevenirla

Dislipemia
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 22 de agosto de 2019

3 minutos

Como explica la Fundación Española del Corazón (@cuidarcorazon), la dislipemia o dislipidemia es la anormal concentración de lípidos y lipoproteínas en la sangre. Ese desequilibrio en los niveles grasos puede presentarse de formas diversas. En ocasiones, es el colesterol LDL el que está elevado en exceso (hipercolesterolemia) y aparece, generalmente, unido a altos niveles de triglicéridos. En otros casos, es el colesterol HDL el que resulta anormalmente bajo.

Cualquiera de estas situaciones, que pueden darse al mismo tiempo, supone un riesgo para la salud en general y, especialmente, frente a enfermedades como la arterioesclerosis y posibles accidentes cardiovasculares, como el infarto de miocardio o el ictus.

Factores de riesgo y medidas preventivas

El origen de los distintos tipos de dislipemias puede ser diverso y abarcar desde factores genéticos, hasta hábitos poco saludables. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (@semfyc) señala la importancia del diagnóstico precoz del paciente dislipémico para conseguir un doble objetivo: conocer el tipo exacto de dislipemia que sufre y valorar el riesgo cardiovascular.

Dislipemia

Según datos de la Sociedad Española de Arterioesclerosis (@sea_es), cerca de tres millones de personas padecen dislipemia aterogénica en nuestro país (la que implica un nivel alto de colesterol LDL y bajo de HDL), una enfermedad que sufren, además, el 50% de las personas con diabetes. Son cifras elevadas y, aunque las causas de la alteración de los lípidos en sangre son variadas, los expertos insisten en que prevenir y controlar estas patologías dependen en gran medida de los hábitos y la dieta del paciente.

Para una persona con dislipemia, el ejercicio físico aeróbico (caminar, nadar, montar en bicicleta…) es esencial para su salud. Debe practicarlo, al menos, 5 días a la semana y en sesiones superiores a 30 minutos. Evitar la obesidad y mantener el equilibro de las grasas en el organismo son los dos objetivos a alcanzar y a los que el ejercicio va a contribuir de manera notable.

En cuanto a la dieta, debe establecerla un especialista en nutrición, que determine los alimentos más adecuados teniendo en cuenta las características físicas de cada persona. Pero, en general, el control de la dislipemia exige la reducción de la ingesta de grasas saturadas y la eliminación de las transgénicas. Un menú variado, con presencia destacable de frutas, verduras y legumbres, ayudará a proporcionar el equilibrio de lípidos que el organismo necesita para su correcto funcionamiento.

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Mariola Báez

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