Mariola Báez
Medicina general
Dolor perineal, una enfermedad difícil de diagnosticar y de comprender
A quien lo sufre le cuesta ubicar de dónde proviene ese dolor, que llega a afectar a sus emociones
Es una de esas patologías desconcertantes que no solo afectan a la actividad física de quien la padece, sino también a su estado de ánimo. Y es que identificarla y “ponerle nombre” suele implicar la visita a múltiples especialistas que intentan encontrar (no siempre con éxito) una explicación a ese dolor, que se concentra en la zona pélvica, pero no siempre en un punto concreto que facilite el diagnóstico y posterior tratamiento.
Como explican médicos expertos, se trata de una sensación dolorosa constante, que empeora generalmente cuando la persona permanece sentada o de pie durante largas horas y, aunque es más frecuente en mujeres que en hombres, también ellos pueden experimentarla.
La Asociación de Dolor Pélvico Perineal Crónico (Adopec) explica algunas de las características de este dolor tan particular, que puede ser consecuencia de enfermedades muy diversas o incluso ser una patología en sí misma. A veces se presenta como un dolor intenso, mantenido durante un tiempo más o menos prolongado; otras, como un dolor agudo interminente. En cambio, en algunas ocasiones, solo existe una extraña sensación de pesadez en el área de la pelvis o el dolor solo se muestra en momentos determinados como, por ejemplo, al orinar, al defecar o al mantener relaciones sexuales.
Realmente, con manifestaciones tan distintas y tan poco concretas, detectar esta dolencia es todo un reto para urólogos, ginecólogos y médicos en general. En este sentido, es importante destacar la reciente creación de la primera Unidad Multidisciplinar para el tratamiento del Dolor Pévico Crónico en España, en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid (@PuertaDHierroMa).
¿Qué puede provocar esta enfermedad y cuáles son sus posibles tratamientos?
El dolor perineal puede quedarse en unas molestias relativamente llevaderas o, por el contrario, presentar brotes tan intensos que requieran asistencia en unidades del dolor especilizadas. Las causas pueden ser de lo más diversas y no siempre conocidas. Entre las más frecuentes destaca la neuralgia del nervio pudendo, el responsable de conectar los órganos genitales con el esfínter, la vejiga o el recto. Un pinzamiento en este nervio o una lesión de cualquier tipo pueden ser la causa del dolor perineal.
También una vulvodinia (dolor vulvar de origen desconocido) o una lesión post traumática o post operatoria podrían estar detrás de este dolor, que puede manifestarse en cualquier momento, pero que es más frecuente a partir de los 40 años.
Un diagnóstico certero y un tratamiento que detecte el origen de la enfermedad y pueda contribuir a paliar los síntomas son las dos medidas esenciales que se siguen actualmente para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren este dolor, muy real e incapacitante, que no siempre es comprendido y tratado como debería.