Mariola Báez
Medicina general
Gota en mujeres mayores: menos frecuente pero más incapacitante
Una dieta adecuada que evite el sobrepeso ayuda a que esta enfermedad no aparezca tras la menopausia
El Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) considera la gota como un tipo de artritis que se desarrolla por la formación y acumulación de minúsculos cristales de ácido úrico en una o en varias articulaciones.
Esta es, por tanto, una enfermedad reumatológica, sobre la que existen algunos estereotipos que no siempre responden a la realidad. Generalmente imaginamos a este tipo de paciente como un hombre de mediana edad, con sobrepeso u obesidad, y con el dedo pulgar del pie inflamado y dolorido. No obstante, conviene recordar que la gota ni está limitada a esa articulación concreta del dedo ni es exclusiva del sexo masculino.
Las particularidades de la gota en mujeres
Es el exceso de ácido úrico en el organismo, trastorno conocido como hiperuricemia, lo que puede acabar provocando que este se acumule en forma de cristales no solo en las articulaciones, sino también en los tejidos blandos que las recubren e incluso en los riñones, responsables de su filtrado para su posterior expulsión por la orina. La Sociedad Española de Medicina Interna (@Sociedad_SEMI) matiza que cualquier persona que presente hiperuricemia no padecerá necesariamente gota, aunque, sin duda, los niveles elevados de este ácido es una de las principales causas.
Según datos de la Sociedad Española de Reumatología (@SEReumatologia), la gota es entre 4 y 6 veces más frecuentes en hombres que en mujeres y, aunque la enfermedad muestra una sintomatología y desarrollo similar en ambos sexos, en el caso del femenino presenta algunas características específicas como:
- Aparece en edades más avanzadas. Es muy poco frecuente que una mujer en edad fértil sufra gota. La patología tiende a surgir en el periodo post menopáusico, mientras que un hombre de mediana edad, en torno a 40 años, puede ser el candidato ideal para el desarrollo de esta enfermedad.
- La mujer con gota suele tener una mayor comorbilidad, es decir, un número superior de enfermedades asociadas, entre ellas obesidad, hipertensión o diabetes.
- También es frecuente que, en el sexo femenino, la insuficiencia renal, en mayor o menor grado, influya de forma destacable en el desarrollo de la enfermedad.
- En el caso de las mujeres, se aprecia un mayor consumo de medicamentos diuréticos, como parte de algún tratamiento cuyo objetivo es la eliminación de orina para evitar edemas.
- A diferencia de los hombres, los estudios apuntan a que la ingesta de alimentos ricos en purinas, como carnes, mariscos o bebidas alcohólicas, en las mujeres no suele ser excesivo. Esto significa que su dieta es más saludable.
- En general, la gota en la mujer mayor debe prevenirse y tratarse convenientemente, porque está demostrado que resulta aún más incapacitante que en el sexo masculino.
¿Los síntomas y tratamientos son iguales en hombres y mujeres mayores?
La enfermedad no hace distinciones entre sexos en cuanto a sus manifestaciones principales. Hay que recordar que no siempre es el dedo pulgar del pie el que se inflama y duele. Esta forma de artritis puede darse en otras articulaciones, como las del tarso o empeine, o las que forman el tobillo.
En este último caso, más frecuente en mujeres, la enfermedad puede resultar en un principio difícil de diagnosticar, al confundirse con un esguince de tobillo o un problema de retención de líquidos que está provocando su hinchazón. Tampoco es algo excepcional que se manifieste en otros puntos del cuerpo como pueden ser las rodillas o las articulaciones del codo.
En cualquier caso, hay que recordar que esta patología tiene tratamiento y cura. Fármacos concretos y una dieta adecuada son las bases de cualquiera de ellos, todos encaminados a conseguir un objetivo: reducir los niveles de ácido úrico en sangre para que los depósitos acumulados en las articulaciones, que provocan los dolorosos ataques de gota, se vayan disolviendo y eliminando de forma progresiva.
La gota bajo control: ¿por qué es tan importante?
Como hemos señalado, la gota en mujeres suele aparecer en edades superiores a la de los hombres, por lo que sus riesgos son aún más alarmantes. Detectar precozmente su aparición, con análisis que confirmen que el nivel de ácido úrico no supera los 6mg/dl., es la mejor medida preventiva. Cuando se manifiesta en las articulaciones del pie, puede impedir la normal movilidad y, en casos extremos, llegar a ser realmente invalidante.
Por otra parte, estudios recientes vinculan esta dolencia reumática con un incremento en el riesgo de sufrir otras enfermedades, destacando la insuficiencia renal junto a otras como las relacionadas con el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular. En el Congreso Europeo Anual de Reumatología de 2018 (EULAR 2018 @eular_org), expertos de distintos países señalaron la posible relación entre la gota y un mayor riesgo de desarrollo de demencia en personas mayores.
Seguir una dieta equilibrada y saludable, hacer ejercicio moderado a diario y evitar el sobrepeso, con sus riesgos asociados, siguen siendo consejos básicos de salud, también aplicables a este tipo concreto de artritis.