Mariola Báez
Medicina general
¿Qué es un papiloma y cómo se puede eliminar para evitar sus síntomas?
Es fácil confundirlo con una callosidad, pero eliminarlo requiere un tratamiento diferente
Aunque es más propia de edades jóvenes, esta afección benigna de la piel puede manifestarse en cualquier momento, porque el responsable de su aparición es el Virus del Papiloma Humano (VPH) que, según el genotipo del que se trate, puede ser altamente contagioso.
Las verrugas plantares, que llamamos papilomas, son lesiones cutáneas que pueden aparecer en la planta de los pies y también en las manos. Se presentan como una pequeña herida, rodeada y cubierta de una piel blanquecina y dura, tras la cual se pueden ver unos puntos oscuros denominados papilas. A diferencia de lo que ocurre con un callo, que puede doler al ejercer presión sobre él, un papiloma, en un principio, puede no molestar, pero duele cuando se le aprieta, como si le diéramos un peliizco.
¿Por qué salen y como tratarlos?
Tal como explica la Fundación Podoactiva, el papiloma se manifiesta pasados entre 1 y 6 meses desde que se está en contacto con el virus. Todo depende de la fortaleza del sistema inmunológico de quien tiene la mala suerte de dar con él. Cualquier pequeña herida, una ampolla, una rozadura o unos poros dilatados en exceso por el calor pueden convertirse en la vía de acceso para el VPH, que comenzará su proceso de incubación hasta que el papiloma sea visible en el pie, normalmente en la zona plantar del metatarso.
Como medidas preventivas los expertos recomiendan extremar las precauciones en las zonas donde se concentran humedad y calor: duchas comunes, piscinas, gimnasios. En estos lugares siempre es mejor utilizar un calzado protector. Llevar, además, zapatos que favorezcan la buena ventilación del pie es también una medida efectiva contra el virus.
Bastante dolorosos
Los papilomas hay que tratarlos para evitar que se vuelvan dolorosos. Será el podólogo quien determine el mejor tratamiento para eliminarlo de la manera menos agresiva posible. Es necesario un diagnóstico previo que determine la localización de la verruga, su extensión, su profundidad, su evolución y también las características de cada persona, teniendo en cuenta, entre otros factores, su edad y el estado general del pie. Entre los tratamientos más habituales destacan la crioterapia, la aplicación de antivirales como la Bleomicina, o el uso de determinados ácidos que acaban con el papiloma sin dañar la piel que lo rodea. Los tratamientos quirúrgicos, generalmente con técnica láser, se encuentran también entre los más utilizados.