Mariola Báez
Medicina general
Queratitis ocular en personas mayores: ¿cuál es el tratamiento?
Es una patología frecuente que presenta dolor en los ojos, escozor o lagrimeo, entre otros síntomas
Así lo indica el Instituto de Microcirugía Ocular (@imobarcelona) que explica, además, que la queratitis es una afección que se manifiesta en la córnea incidiendo en su capa más externa (epitelio) o llegando incluso a las más profundas, en cuyo caso hay que hablar de una dolencia grave que hay que tratar de manera inmediata.
Existen distintos tipos de queratitis en función de su origen, que pueden acabar afectando al órgano de la visión. Entre las personas mayores, la sequedad ocular, también conocida como la enfermedad del ojo seco, es una de sus causas más frecuentes. Molestias en los ojos, picor, hipersensibilidad a la luz o sensación de “arenilla" en su interior son algunos de los síntomas habituales que, en la mayoría de las ocasiones, no suelen derivar en patologías más complejas.
Medidas de prevención como la aplicación de lágrimas artificiales o el uso de gafas de sol como protección extra para los ojos pueden evitar que la sequedad derive en una quertitis ocular.
Queratitis bacterianas o víricas, las más preocupantes
Ante los síntomas descritos, siempre es importante consultar con el oftalmólogo sobre las posibles causas, porque una queratitis que implique daño en la córnea puede poner en riesgo la propia visión.
La Sociedad Española de Oftalmología aclara que, además de la sequedad ocular, diversos virus y bacterias también pueden ser responsables de la aparición de esta dolencia. En el primer caso, es el virus del herpes simple (VHS tipo I) el que suele provocarla, muchas veces por contagio directo al aparecer, por ejemplo, un herpes labial que, por contacto, acaba extendiéndose a los ojos. Por eso, a este tipo de queratitis se las denomina herpéticas.
También las bacterias, que pueden llegar al ojo y afectar a la córnea al producirse una pequeña lesión o herida en su superficie, pueden hacer que se desarrolle una queratitis. Un traumatismo o el uso inadecuado de lentes de contacto (no seguir escrupulosamente las medidas de higiene o llevar las lentillas un tiempo excesivo sin dejar descansar al ojo) pueden ser dos de los desencadenantes.
Sea cual sea su origen, una queratitis siempre ha de tratarse para evitar daños en la córnea, que pueden incluso provocar cicatrices (leucoma) o graves ulceraciones que pongan en peligro la visión.
Acudiendo a tiempo al especialista, este determinará el tratamiento conveniente según el tipo de queratitis que sufras. En la mayoría de los casos, los síntomas habituales se reducirán en pocos días con la aplicación de gotas o pomadas oftalmológicas (antibióticos ante una queratitis bacteriana, corticoides tópicos, lágrimas artificiales…). El objetivo siempre será disminuir la inflamación y el daño en cualquiera de las capas de la córnea. Ante determinadas patologías, el médico indicará además fármacos orales que completen el tratamiento. En las situaciones más graves de queratitis avanzada, puede ser necesario recurrir a la cirugía, llevando a cabo un trasplante de córnea.