Mariola Báez
Medicina general
¿En qué consiste un estudio urodinámico?
Esta prueba permite detectar anomalías del aparato urinario que pueden presentar personas mayores
El estudio urodinámico es una prueba diagnóstica, relativamente sencilla, que aporta valiosa información a la hora de conocer el estado de la vejiga y de los esfínteres, permitiendo así un análisis en profundidad del funcionamiento del sistema urinario, esencial para detectar cualquier patología que requiera tratamiento específico.
Como explican especialistas de la Cínica Universidad de Navarra (@ClinicaNavarra), el objetivo de una prueba urodinámica es obtener un registro detallado del funcionamiento de la vejiga, midiendo para ello distintas variables, desde el flujo de orina que un paciente puede generar con una contracción voluntaria, hasta la capacidad de llenado del órgano o la presión que ejercen los esfínteres en el momento de la micción.
¿Cuándo puede ser aconsejable o necesario?
Tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, el especialista puede indicar la necesidad de realizar el estudio por distintas causas, siendo una de las más frecuentes la incontinencia urinaria. La Sociedad Española de Urología (@InfoAeu) aclara que existen distintas variables dentro de esta compleja patología. Puede tratarse de una incontinencia por esfuerzo, que afecta más a las mujeres y se produce, por ejemplo, al toser o al levantar un peso. También puede ser una incontinencia de urgencia, que implica ganas irrefrenables de orinar y puede estar relacionada con algún tipo de infección. El estudio urodinámico va a permitir definir a qué tipo de incontinencia nos enfrentamos y dónde está su origen.
Además, esta prueba suele ser complementaria en el diagnóstico de otras patologías, como pueden ser un flujo de orina anormalmente escaso, sensación dolorosa al miccionar, presencia de algún tipo obstrucción o problemas relacionados con la próstata, en el caso de los hombres.
El estudio urodinámico puede servir para descartar que exista una enfermedad relacionada con el aparato urinario, apuntando a que quizás las disfunciones en la micción puedan tener otros orígenes, entre ellos alguna dolencia de carácter neurológico que aún no ha sido detectada. También es frecuente como parte del preoperatorio de distintas cirugías, como la intervención para corregir el prolapso uterino, una cirugía de próstata o una cuyo objetivo sea la sustitución de un esfínter dañado por uno artificial.
¿En qué consiste un estudio urodinámico?
En la mayoría de los casos, esta prueba se realiza de manera ambulatoria y con anestesia local. No es dolorosa, pero sí puede resultar bastante incómoda, ya que requiere la introducción de una sonda a través de la uretra y de una segunda a nivel del recto.
Se divide en dos fases principales: una de llenado de la vejiga, en la que se introduce un líquido específico a través de la sonda, y la otra de vaciado. Durante todo el proceso, y con avanzada aparatología, se registra la presión vesical, la que experimentan los esfínteres y también la intra abdominal.
La Society of Urologic Nurses and Associates (SUNA) detalla que el estudio comienza, generalmente, con una flujometría, es decir, se suele pedir al paciente que llegue con la vejiga llena para que pueda, en un primer momento, miccionar con normalidad. Así, los especialistas obtienen una primera información (tiempo, cantidad de orina, posible dolor…). Seguidamente, mediante la sonda correspondiente, se procede al nuevo llenado de la vejiga para poder medir su presión interna. Finalmente y como última fase, el paciente procede a expulsar el líquido de llenado siguiendo las indicaciones médicas.
En ocasiones, el examen puede completarse con un electromiograma, prueba que mide la actividad de los músculos relacionados con el sistema urinario, su grado de contracción o laxitud.
En cuanto a la preparación previa, en el caso de las personas mayores, el médico pude indicar la necesidad de suspender, previa y temporalmente, la administración de determinados fármacos, generalmente incluidos en tratamientos anticoagulantes.
Resultados importantes para un diagnóstico acertado y precoz
Es mucha la información que reporta esta prueba al urólogo, quien, dependiendo de los resultados obtenidos, establecerá el tratamiento correspondiente que alivie la patología o determinará la necesidad de realizar nuevas pruebas o consultas con otros especialistas.
El estudio puede resultar especialmente importante a la hora de averiguar la causa de infecciones de orina recurrentes. También va a permitir conocer qué cantidad de flujo no se está eliminando porque vuelve de la vejiga a los riñones, en cuyo caso será necesario realizar pruebas que descarten cualquier patología renal. Este minucioso examen recoge información de todo el recorrido de la orina, detectando la presión a la que esta fluye en todo momento. Este dato resulta clave en el diagnóstico de una estenosis o de una obstrucción que podría deberse a múltiples causas, que también habrá que determinar con pruebas complementarias.
Finalizado el estudio, cuya duración es variable, aunque suele oscilar entre los 30 y los 45 minutos, es normal notar cierto escozor a la hora de miccionar y también, por lo general, se administra al paciente una dosis de antibiótico como medida preventiva frente a infecciones. Aunque la prueba es algo molesta, sus resultados son indispensables para obtener la información necesaria que garantice el éxito del tratamiento posterior.