Mariola Báez
Medicina general
Los químicos del agua y su relación con el desarrollo del cáncer, según un estudio
El 5% de los cánceres de vejiga en Europa podría atribuirse a la exposición a los trihalometanos
Los trihalometanos son compuestos químicos que se generan durante el proceso de desinfección y cloración del agua corriente, para que ésta resulte apta y segura para el consumo humano. Su existencia se conoce desde hace décadas y distintas instituciones insisten en que el agua del grifo que bebemos es potable y su consumo no implica riesgo alguno para la salud.
Aun así, la preocupación ha surgido después de conocerse los resultados del macro estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (@ISGLOBALorg), que refleja que más de 6.500 casos de cáncer de vejiga, de los que se detectan anualmente en Europa, podrían ser atribuibles a estas sustancias presentes en el agua potable no embotellada.
Los datos clave del estudio
La investigación, publicada en la revista Envieronmental Health Perspectives, se ha basado en recopilar información detallada sobre la presencia de trihalometanos (THMs) en el agua del grifo de 26 países de la Unión Europea, para establecer su posible relación con los casos de cáncer de vejiga experimentados por la población. Los datos recogidos hacen referencia al periodo que va de 2005 a 2018 y la primera conclusión que aportan es la existencia de grandes diferencias entre los países cuya agua corriente fue analizada.
Es importante resaltar que en todos los casos, los niveles medios de trihalometanos estaban por debajo de los límites establecidos por la legislación de la Unión Europea, que los fija en 100 ug/litros (microgramos por litro). El estudio revela que la media europea fue de 11,7ug/litro, aunque algunos países, entre ellos España, mostraban niveles bastante superiores.
La investigación se ha centrado no solo en conocer la concentración de THMs en el agua que bebemos los europeos, sino en su incidencia en un tipo de cáncer muy concreto, el de vejiga, el quinto más frecuente entre la población masculina en los países desarrollados, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (@aecc_es).
En este sentido, se estima que un 5% de los casos de este cáncer en Europa son atribuibles a la exposición a esta sustancia contenida en el agua que no solo bebemos, sino que también utilizamos en el aseo diario. En España se calcula que un 11% de los casos que se registran anualmente podían tener este origen.
¿Qué dicen las autoridades sanitarias?
Probablemente, el impacto que ha causado esta información deriva del hecho de conocer la relación entre un factor externo concreto, al que estamos expuestos, con un tipo de cáncer perfectamente identificable. Sus datos ponen el punto de mira en la necesidad de continuar reduciendo la presencia de estas sustancias en el agua, ya que el estudio señala que si los 13 países que muestran niveles más altos a la media comunitaria la redujeses, hasta situarse en esa media, el descenso en el número de casos de cáncer de vejiga atribuibles a esta causa descendería en un 44%.
Es importante dejar claras las óptimas condiciones sanitarias del agua apta para el consumo en España. La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (@AeasAgua) hace hincapié en que en nuestro país se cumple escrupulosamente la normativa aplicable en este campo, similar a la europea y absolutamente acorde con las recomendaciones que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS_es).
La AEAS especifica que, en lo que respecta a la presencia de trihalometanos, los valores medios obtenidos a través de los distintos controles y analíticas son siempre inferiores a los fijados por las instituciones comunitarias. Apunta, como dato significativo, que en 2018 el valor medio obtenido a nivel nacional fue 27,35 ug/l (muy por debajo de los 100ug/l), según queda recogido en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC) tras la realización de cerca de 50.000 controles anuales.
Objetivos para lograr un agua cada vez más saludable
El Sistema Español de Información sobre el Agua (@hispagua) explica que la prevención química y bacteriana de las aguas no son medidas incompatibles y señala la importancia reducir y evitar en lo posible los riesgos que implica la cloración para la salud humana, utilizando métodos de desinfección y potabilización cada vez más seguros que impliquen una menor formación de compuestos clorados o bromados.
El agua, para que sea apta para el consumo, debe someterse a un proceso que garantice la ausencia de agentes patógenos que puedan dañar la salud. La calidad del agua potable es una prioridad para cualquier país y, tal y como señala la OMS, tanto los agentes infecciosos que pudiera contener, como los productos químicos tóxicos o la contaminación radiológica son algunos de los factores que hay que combatir y tratar de la manera idónea para el propio beneficio de la salud de las personas.