Mariola Báez
Medicina general
Síndrome de Fatiga Crónica, mucho más que estar cansado
Esta enfermedad, poco conocida y menos comprendida, merma las capacidades físicas y emocionales
Todos hemos estado alguna vez exhaustos y doloridos tras un día intenso a nivel físico y/o mental y sabemos lo bien que sienta descansar o dormir y levantarnos recuperados, con nuevas energías para afrontar cualquier tarea. ¿Te imaginas que eso no ocurriese, que al despertar te sintieses igual, o incluso más cansado, que cuando iniciaste el reposo? Es una imagen muy simple, pero puede darnos una idea de lo que supone esta compleja enfermedad que implica un importante desarreglo bioquímico.
Una persona que padezca Síndrome de Fatiga Crónica está permanentemente agotada, sin fuerzas y generalmente sufriendo dolor, algo que hace muy difícil mantener una buena calidad de vida. La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) considera que puede hablarse de fatiga crónica o astenia, cuando ese cansancio y falta de energías se prolonga más de seis meses y señala que puede llegar a reducir el 50% o más la capacidad para realizar, con normalidad, las acciones cotidianas más sencillas.
Síntomas, causas y tratamientos
El origen de esta enfermedad es diverso y no siempre está claro. Alguna alteración en el sistema inmunitario, disfunciones en el sistema muscular o neuromuscular, presencia de alguna patología de carácter oncológico, pueden estar detrás de esta dolencia, pero no siempre se encuentra un motivo concreto que explique ese cansancio y ese dolor. Por este motivo la Sociedad Española de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica (Sefifac) insiste en que esta es una enfermedad en sí misma y como tal debe ser tratada.
Esta sociedad recalca que el dolor y la fatiga que provoca el síndrome es doble, por un lado físico y por otro social porque no en todos los casos se entiende la diferencia entre un cansancio lógico o un dolor provocado por una circunstancia concreta y ese cansancio crónico, que resulta incapacitante y difícil de diagnosticar. En este sentido, distintas asociaciones de Síndrome de Fatiga Crónica han manifestado recientemente su rechazo a la guía publicada por el INSS sobre esta y otras enfermedades por considerar que algunas de sus recomendaciones, como la práctica de ejercicio gradual, no son las más adecuadas para personas que padecen esta patología.
La enfermedad puede afectar a cualquier persona, aunque su aparición es más frecuente en la edad adulta, entre los 40 y los 60 años. Además del cansancio extremo, otros síntomas que pueden ir asociados son problemas de sueño, frecuentes dolores de cabeza, así como en los músculos y articulaciones (fibromialgia), falta de apetito, dificultad de concentración y deterioro de la memoria…
En cuanto a los tratamientos, las investigaciones continúan para encontrar alguno que resulte efectivo. El uso de fármacos contra el dolor y las recomendaciones sobre hábitos y dieta saludable son algunas de las soluciones que intentan aliviar este síndrome con el que convivir cada día, supone realmente un esfuerzo.