Victoria Herrero
Medicina general
Así es como se realiza un trasplante de córnea del ojo
Esta estructura ocular permite la entrada de luz, además de proteger al iris y al cristalino
Cuando hablamos de la córnea nos referimos a la parte del ojo que permite que pase la luz desde el exterior y, a su vez, se encarga de proteger tanto el iris como el cristalino. Además, gracias a ella estamos libres de que nos entre polvo, gérmenes u otro tipo de factores de riesgo que puedan dañar severamente nuestro ojo.
Cuando en esa córnea se producen ciertas afecciones puede ser necesario hacer un trasplante de la misma. Esto es así cuando tenemos problemas de visión producidos por un adelgazamiento de la córnea o porque esta se hace opaca (adquirida o de nacimiento), una cicatrización de la córnea si hemos tenido una lesión importante en nuestro ojo, una hinchazón de la misma o problemas derivados de una cirugía ocular anterior. Y es que, para que la córnea haga sus funciones de forma correcta, debe estar completamente transparente.
Como explican desde el Instituto de Microcirugía Ocular (@imobarcelona), se puede reemplazar toda la córnea que es lo que se conoce como penetrante, o bien solo una parte de esta estructura dañada. En ese caso es un trasplante lamelar o selectivo.
¿Cómo es la operación?
Este tipo de intervención se realiza bajo anestesia local y no requiere ingreso hospitalario, por lo que podrás volver a casa el mismo día de la operación. En la mayoría de los casos se emplea una córnea de un donante fallecido o bien una de tipo artificial que se cose con un hilo fino en su nuevo lugar. Puntos que podrán retirarse con posterioridad en una visita al oftalmólogo.
Tras la operación vienen las recomendaciones como utilizar un parche para proteger ese ojo operado durante varios días, además de aplicarte varias gotas oftálmicas para prevenir infecciones y un posible rechazo. Y es que aunque la mayoría de este tipo de trasplantes de córnea no tienen ningún problema, siempre hay que contemplar ciertos riesgos que hay en toda intervención quirúrgica como puede ser que el receptor rechace esa nueva córnea o que haya un mayor riesgo de producirse cataratas.
Sin embargo, la recuperación no es dolorosa aunque se puedan sentir ciertas molestias los primeros días. Eso sí, no olvides llevar a cabo un seguimiento con tu médico los posteriores meses para comprobar que todo está correcto.