Mariola Báez
Medicina general
Valvulopatías: causas, síntomas y tratamiento de este grupo de patologías cardiacas
De todas, la valvulopatía degenerativa es la más común entre personas de edad avanzada
Aunque solemos hablar con frecuencia de enfermedades del corazón como un concepto general, la realidad es que este es un órgano tan vital como complejo y las patologías que puede sufrir son de índole muy diverso.
Como explica la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (@FEASAN_) en su guía informativa sobre valvulopatías, estas siempre hacen referencia a un tipo de dolencia que impide el correcto funcionamiento de alguna de las cuatro válvulas que tiene nuestro corazón y que se encargan de abrirse y cerrarse, con una sincronía perfecta, para permitir que la sangre circule de manera correcta.
Las válvulas son las “compuertas” que controlan el correcto flujo sanguíneo en el interior del corazón y en su salida, cuando éste lo bombea, con cada latido, para llevar el oxígeno y los nutrientes a cada una de las células de nuestro organismo.
¿Por qué se produce una valvulopatía?
Hasta ahora se consideraba que existían dos patologías principales de este tipo: las valvulopatías por insuficiencia o prolapso que, explicado de manera poco científica, serían aquellas que ocurren cuando una válvula no cierra de manera hermética y puede provocar una anómala vuelta atrás del flujo sanguíneo, o las valvulopatías por la existencia de una estrechez o estenosis que dificulta la normal circulación.
Además, como señala la Fundación Española del Corazón (@cuidarcorazon), el aumento de la esperanza de vida ha hecho que surja un nuevo tipo de valvulopatía de carácter degenerativo, que se presenta únicamente en edades avanzadas y se produce por el propio envejecimiento y endurecimiento de las válvulas, algo que acaba afectando a su capacidad para abrirse y cerrarse al ritmo adecuado.
En general, las valvulopatías pueden estar presentes y no ser detectadas durante años. A veces su origen es genético, otras pueden guardar relación con algún tipo de enfermedad reumática muy concreta. También puede provocarlas un grado de calcificación que acabe endureciendo la válvula, hasta el punto de alterar su funcionamiento.
Los síntomas de una valvulopatía pueden ser dolor en el pecho, sensación de falta de aire, vértigos, fatiga o hinchazón de pies y tobillos, entre otros. Ante la sospecha de alguna enfermedad que esté afectando a una o varias válvulas, el cardiólogo determinará las pruebas necesarias para realizar un diagnóstico certero, entre las que estará incluido un ecocardiograma. Dependiendo del nivel de afectación, el tratamiento puede ser únicamente farmacológico o incluir algún tipo de cirugía.