Mariola Báez
Medicina general
Ventajas y posibles riesgos de la Cirugía Mayor Ambulatoria
¿Son seguras las intervenciones quirúrgicas de este tipo para las personas mayores?
La Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) es una modalidad asistencial definida por Ley como el conjunto de procedimientos quirúrgicos, terapéuticos o de diagnóstico que pueden realizarse con anestesia general o local, con o sin sedación, y que requieren cuidados postoperatorios de corta duración, por lo que no necesitan ingreso hospitalario (Real Decreto 1277/2003).
Las intervenciones de este tipo son cada vez más frecuentes, tanto en el Sistema Nacional de Salud, como en el ámbito privado. La Asociación Española de Cirugía Mayor Ambulatoria (@ASECMA) señala que este modelo de asistencia sanitaria permite tratar a los pacientes de forma segura y efectiva, con técnicas quirúrgicas mínimamente agresivas. El objetivo es lograr que la persona intervenida pueda regresar a su entorno lo antes posible, pero manteniendo en todo momento los estándares de calidad y seguridad.
Las intervenciones ambulatorias más frecuentes
Desde que en la década de los 90 comenzasen a realizarse operaciones de este tipo en España, el número de intervenciones de Cirugía Mayor Ambulatoria no ha dejado de aumentar año tras año, al igual que el número de centros hospitalarios que cuentan con unidades especializadas para llevarlas a cabo, conocidas como “hospitales de día”.
También el segmento de operaciones posibles se ha ida ampliando. Según datos del Ministerio de Sanidad (@sanidadgob), ya en 2005, el número de intervenciones de este tipo suponía el 31% de todas las operaciones de cirugía mayor realizadas en nuestro país. En la actualidad, se estima que la cifra ronda el 50%.
En cuanto a las patologías que pueden ser susceptibles de cirugía ambulatoria, son extensas y abarcan casi todas las especialidades médicas. Intervenciones oftalmológicas como las cataratas, una de las más frecuentes, operaciones encuadradas en el campo de la Otorrinolaringología, liberación del túnel carpiano, cirugía artroscópica, intervenciones de proctología (fisuras, hemorroides…), operaciones que afectan a la piel o tejidos subcutáneos (biopsia en extirpaciones de tejidos que no revistan carácter maligno), tratamientos de determinados tipos de hernias o varices, operaciones realizadas en el pie, la mano o la muñeca … Estas son solo algunas de las opciones disponibles con todas las garantías, sin que resulte necesario que el paciente haga una o más noches en el hospital.
¿Es segura la cirugía mayor ambulatoria?
Hay que dejar claro que una intervención de estas características se realiza exactamente con las mismas condiciones de seguridad y calidad que cualquier otra cirugía. El hecho de llevarse a cabo de manera ambulatoria no radica en la complejidad de la operación, sino en los escasos cuidados postoperatorios que va a requerir.
Generalmente se trata de intervenciones con una duración relativamente corta, no más de 90 minutos, en las que la pérdida de sangre es mínima o inexistente y que, transcurridas unas horas de recuperación y observación, permiten que la persona intervenida pueda regresar a casa con todas las garantías para que, siguiendo las pautas marcadas por los médicos, alcance la recuperación total en su propio hogar lo antes posible.
Como señala el Ministerio de Sanidad, la edad avanzada no se considera, de entrada, un criterio excluyente para poder practicar una cirugía ambulatoria. Es el estado general de salud, que requerirá un estudio previo, y la posible presencia de factores que desaconsejen el procedimiento lo que determinará si una persona, independientemente de sus años, es buena candidata (o no) para someterse a una CMA.
Cirugía Mayor Ambulatoria: precauciones y ventajas
Si tienes día y hora para someterte a un tratamiento quirúrgico de este tipo, debes ir tranquilo porque los profesionales sanitarios habrán valorado previamente todas las ventajas y posibles riesgos de tu intervención.
Existen distintos tipos de procedimientos quirúrgicos, cada uno con características determinadas. La Cirugía Mayor Ambulatoria está pensada, principalmente, para intervenciones de tipo II, aquellas que se realizan con anestesia local o general y que requieren cuidados postoperatorios específicos, pero no intensivos ni prolongados. Además, se trata de situaciones en las que la analgesia contra el dolor se puede administrar vía oral. También, en algunos casos, puede recurrirse a ella para intervenciones tipo III, que requieran cuidados que lleven algo más de tiempo.
El examen físico y las pruebas diagnósticas necesarias, que se realizan en el preoperatorio, serán fundamentales para descartar o indicar la idoneidad de este tipo de cirugía.
Cada caso es distinto pero, en general, la obesidad severa se considera en factor que puede hacer que esta cirugía resulte inapropiada. Por otro lado, con las personas mayores que siguen un tratamiento con fármacos anticoagulantes se deben extremar las precauciones ante cualquier cirugía, incluida la ambulatoria. Antecedentes personales o familiares de coagulopatías o posibles complicaciones con la anestesia tendrán que ser especialmente valoradas.
En cuanto a las ventajas que ofrecen estos tratamientos quirúrgicos, los expertos coinciden en que la principal radica en el hecho de reducir la estancia hospitalaria. Con esta manera de proceder, el riesgo de contraer infecciones, que pueden provocar las bacterias resistentes presentes en el entorno, desciende de forma notable, algo que tiene especial importancia si el paciente es una persona mayor con un sistema inmunológico debilitado.
Además, en aquellas intervenciones que no requieren ingreso por la sencillez del postoperatorio está comprobado que la evolución del paciente, en la mayoría de los casos, es más rápida y favorable estando en su hogar. Por último, no hay que olvidar que este tipo de operaciones suponen un importante ahorro de recursos que contribuye a hacer el Sistema Nacional de Salud más eficaz y sostenible.