Victoria Herrero
Medicina preventiva
La actividad sexual influye en una mejora de la memoria, según diversos estudios
Tras el sexo, en el cerebro se activan unas neuronas que favorecen la vuelta de esos recuerdos
Si te falla algo la memoria, ten una cita picante esta noche con tu pareja. Y es que, según un estudio, practicar sexo mejora considerablemente la memoria; además de otras capacidades mentales.
No lo decimos nosotros si no que son las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Universidad McGill en Canadá (@mcgillu) tras poner a prueba a unas 80 mujeres para comprobar, por medio de un test, si eran capaces de recordar algunos conceptos. El resultado de este estudio arrojó que aquellas féminas que son más activas sexualmente tuvieron menos problemas a la hora de acordarse de esos planteamientos.
Mejora de la memoria a corto y largo plazo
Explicándolo de un modo más científico, estos expertos explican que, después de la actividad sexual, en nuestro cerebro se activan neuronas nuevas en un lugar llamado hipocampo que es donde se genera nuestra memoria a largo plazo.
Otros estudios se centran más en la memoria a corto plazo, especialmente en el caso de las personas mayores de 65 años pero con las mismas satisfactorias conclusiones. Así, se ha demostrado en varias ocasiones que en aquellas personas que han pasado esa barrera de edad y tienen una vida sexual de forma regular la memoria tiene un mejor rendimiento.
No se trata de los primeros estudios, ni los últimos, que alaban las bondades del sexo en el desarrollo más que positivo de las facultades cognitivas; ya que también mejoran la fluidez verbal, el cálculo mental o en su capacidad visoespacial. Para estos investigadores, la respuesta puede estar en el "resplandor sexual posterior producido por la liberación de las hormonas dopamina y oxitocina" que puede influir en las percepciones y el rendimiento de estos mayores.
De ahí que recomienden, sin importar la edad de cada uno, llevar una vida sexual plena y donde además se incluyan los besos, las caricias o las demostraciones de una mayor cercanía emocional. No solo para desarrollar positivamente nuestra memoria sino como una especie de ejercicio para mantener en forma nuestro cuerpo, mejorar el aspecto de nuestra piel o liberar tensiones, entre otros efectos positivos.
Y es que estos beneficios a nivel físico y mental también sirven para echar por tierra una creencia errónea; esa que dice que el deseo sexual va perdiendo fuerza con el paso de los años y que las relaciones íntimas de la pareja quedan ya como recuerdo de décadas pasadas.