Victoria Herrero
Medicina preventiva
¿Cómo nos afecta la contaminación acústica en cuestiones de salud?
Ruido excesivo que provoca problemas cardiovasculares, estrés o dificultades para conciliar el sueño
Puede que no lo sepas, hay un tipo de contaminación invisible que también afecta a nuestra salud como lo hace un aire que no está limpio. Es la contaminación acústica que provoca en Europa más de 16.600 muertes prematuras al año según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (@EUEnvironment).
"Se entiende por contaminación acústica la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente", según la definición del Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España (@mitecogob).
Y es que esos niveles insoportables de ruido, de los que el 80% son causados por el tráfico, afectan enormemente a nuestra salud. No solo hay cifra de fallecidos, sino que más de 30 millones de adultos están estresados y otros 13 millones tienen problemas para conciliar el sueño por este motivo. Y eso es solo a nivel europeo...
¿Cómo afecta el ruido a nuestra salud?
Pitidos de coches, gritos innecesarios, obras de acondicionamiento, radios y televisiones a todo volumen. Estos son algunos de los ruidos con los que vivimos diariamente. Un problema que se incrementa, especialmente, si residimos en un entorno urbano.
Este alto nivel sonoro hace que nuestra salud se resienta con consecuencias tan nefastas como afecciones cardiovasculares, pérdida de atención, fracaso escolar en los más pequeños, problemas digestivos, dificultad para comunicarnos, patologías a nivel auditivo y un incremento de conductas agresivas como consecuencia de ese malestar generado por esos ensordecedores sonidos.
Unos riesgos que no solo dependen del volumen de esas ondas sonoras, sino de la frecuencia y la duración de dicha exposición al ruido. Así, ese sonido es dañino si supera los 75 decibelios e incluso doloroso a partir de 120. Lo aconsejable es que no supere de forma frecuente los 30-40 decibelios que son los que se miden en una conversación normal entre dos personas.
Medidas de prevención
Evitar que vivamos rodeados de esa contaminación acústica no solo está en la mano de las instituciones públicas a la hora de invertir en políticas que favorezcan esa descongestión auditiva, sino que nosotros mismos podemos aportar nuestro granito de arena en este sentido.
Nuestra salud nos lo agradecerá si cambiamos esos hábitos:
- Siempre que puedas evita desplazarte en tu coche.
- No pongas los electrodomésticos que más ruido hacen (lavadora, lavavajillas...) en horario nocturno y cuando hay gente descansando.
- Baja tu volumen a la hora de hablar y acostumbra a los niños desde pequeños a que no usen los gritos como forma de comunicarse.
- Cuidado con poner el televisor o la radio a un volumen demasiado alto. Si es debido a que no oyes bien, lo mejor es acudir a una revisión auditiva.